Abrió de par en par la puerta de su casa y su corazón para hablar de su etapa en el mundo del fútbol y de paso de su vida. Pepe Martín Navarro, conocido en el mundillo del fútbol como ‘El Mojonero’ es una persona cercana, de esas que merece echar un ratico y hablar de todo un poco. Roquetas de Mar recuerda a Pepe como aquel central de categoría, que lo daba todo en todos y cada uno de los partidos. Un tipo que hizo muy buenos amigos gracias al fútbol.
¿Qué recuerdos tiene de sus inicios en el mundo del fútbol?
Recuerdo que mis primeros partidos fueron en la etapa de cuando estaba en el instituto estudiando, luego, cuando tenía 15 años de edad, comencé a jugar en el Roquetas con los juveniles y más adelante pasé al equipo de los aficionados, Primer Regional... lo que había antes. Más adelante, cuando tenía unos 18 ó 20 años pasé al Club Polideportivo El Ejido, donde estuve un par de años jugando al fútbol. Luego ya me retiré del mundo del fútbol, por circunstancias de la vida y demás.
Si tuviera que recordar sus etapa en el fútbol roquetero, por ejemplo.
La verdad es que tengo muy buenos recuerdos de mi etapa en el fútbol en Roquetas de Mar porque fueron unos años muy bonitos, maravillosos. Recuerdo a Peroles, Amarilla... grandes amigos que tuve gracias al mundo del fútbol. Mi etapa en el fútbol roquetero fue inmejorable, solo guardo recuerdos muy bonitos.
Iba de La Mojonera a Roquetas de Mar en bici para entrenar y, además, no se perdía ni un solo entrenamiento porque el fútbol era su pasión desde pequeño.
Así es, cuando tenía unos 15 años, luego ya me compré una moto para ir de La Mojonera a Roquetas de Mar para entrenar todos los días y la verdad es que iba más feliz que nadie a entrenar a Roquetas de Mar en mi moto, más contento que nadie. Recuerdo que tardaba unos 20 minutos en ir andando de La Mojonera a Roquetas de Mar y el viento venía en contra pues tardaba más de media hora en ir a entrenar, pero siempre iba con alegría porque me encantaba entrenar y jugar al fútbol. Aquello era como una especie de calentamiento para entrenar. Ya hiciera viento, lloviera.. siempre iba en mi bicicleta de La Mojonera a Roquetas de Mar para entrenar, y recuerdo que no falté a los entrenamientos nunca; el fútbol era mi pasión, mi gran diversión.
El fútbol era su gran pasión, su ilusión...
¡Imagínate! La ilusión de todos los niños, como ahora, era jugar al fútbol, ser futbolista de mayor. Tenía toda la vida por delante y claro que soñaba con llegar a ser futbolista y de los buenos.
Nació en La Mojonera, pero se siente roquetero y de los de verdad.
¡Claro que sí! A nivel deportivo siempre he sido de Roquetas de Mar. Soy mojonero porque he nacido en La Mojonera, donde me ha criado desde pequeño.
¿Se queda con La Mojonera o con Roquetas de Mar?
Profesionalmente mi trabajo ha estado en La Mojonera toda la vida, pero a nivel deportivo Roquetas de Mar.
¿Su corazón es mojonero o roquetero?
De fútbol roquetero, pero de otras cosas claro que me siento mojonero.
¿Cómo fue la etapa en el club celeste del Club Polideportivo El Ejido?
Estuve un par de años en el Poli Ejido y luego ya me retiré por el trabajo, la Mili...
¿Cómo era aquel Pepe Martín Navarro de central?
(risas) Creo que quienes deberían definirme son los aficionados de aquella época del fútbol.Decían que era muy fuerte, pero yo nunca quería hacer daño a nadie, mi intención era entrar bien fuerte al balón. No era leñero, me gustaba jugar limpio.
¿Cómo eran aquellos campos, aquellos vestuarios, aquel fútbol, aquellos niños locos por el balón?
Había un grupo de gente muy unida, de muy buena gente. Recuerdo que los equipos del Pavía, el Hispania, era la flor y nata del fútbol almeriense de aquella época. Aquellos juveniles del Roquetas formábamos un grupo que era la envidia del balompié de antes porque se ganaban todos los partidos.
¿Con qué entrenadores se queda de aquella etapa en el fútbol?
Con Florencio Amarilla, era un entrenador con mucha experiencia porque había jugado un Mundial y como persona era fenomenal; tengo también muy buenos recuerdos de Juan Ojeda.
Se emociona...
Claro que sí; son muchos años, hace mucho tiempo, y los recuerdos estupendos en todos los sentidos.
¡Cómo ha cambiado Roquetas de Mar!
Una barbaridad; y recuerdo que cuando yo tenía unos 15 años había unos 5.000 habitantes. Un municipio que ha cambiado en todo.
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