La expresión ‘lo tiene todo para triunfar’ ha sido superada. Se sabe, se ha visto, lo ha demostrado, y ha comenzado a cosechar éxitos. Su primer año como profesional en el club que lo vio nacer para el voleibol se saldó con la undécima Copa del Rey en las vitrinas ahorradoras. Además, su actuación fue determinante para clasificar a su equipo para la final de la Superliga, afrontando el ‘cuerpo a cuerpo’ brutal con el mejor Ibiza de la historia, en lo que tuvo nivel como para ser una eliminatoria que coronara campeón. Francisco Iribarne Fernández, Fran Iribarne, ‘Francisquillo’, tal y como se le dice con cariño desde el cuerpo técnico, protagoniza junto con varios valores más el relevo generacional que tranquiliza al voleibol español, y la Superliga ya lo cuenta entre sus grandes franquicias no de futuro, sino de presente.
Encima, desde el minuto uno ha comenzado a sentirse conectado consigo mismo y con el bloque que conforma esta temporada la apuesta ‘all in’ de Unicaja Costa de Almería: “Las sensaciones son muy buenas, tenemos un grupo muy trabajador y de mucha calidad, y hay un gran equipo, con mayúsculas, que dará muchas alegrías”. Pero quizá lo que más debe inquietar a los adversarios es que Fran Iribarne lo toma con normalidad y con una tranquilidad pasmosa en su segunda pretemporada verde tras los dos años de Melilla: “Depende de cómo lo mire, pero es cierto que afrontar el inicio de este curso está siendo de forma diferente al anterior: este año vengo con mucha más confianza en mí mismo, pero las ganas de trabajar y de cosechar títulos son las mismas, siempre intentando dar el máximo para el equipo”.
Por segunda vez en estas primeras declaraciones suyas de la 2019/2020, el deseo de hacer feliz a la hinchada, mismo anhelo de siempre para corresponder todo el respaldo que sabe que tiene y que le hace más fuerte: “Yo soy el Fran Iribarne de siempre, intentaré dar lo máximo para el equipo y trabajaré duro para que, con mis compañeros, demos muchas alegrías a la ciudad”. Con ella cuenta para ser todavía más fuertes, reflejado en una grada que ruge: Espero como mínimo que esté como el año pasado, que en los momentos difíciles tiró de nosotros con todas sus fuerzas y nos vino muy bien”. Y es que, sin dudarlo, confirma que no renuncia a ninguno de los cuatro títulos a los que se opta: “Por supuesto, esa siempre será mi ambición y la de Unicaja Costa de Almería”.
También por segunda vez en tan pocas palabras pronunciadas, y también la tercera y así sucesivamente hasta hacerla eliminar todo atisbo de individualismo, habla de ‘equipo’ sobre todas las cosas. “Tenemos un buen equipo y lo daremos todo para conseguir los títulos”, promete, “y como ya he dicho antes, en este grupo se define a la perfección la palabra ‘equipo’, remarca: “Llevamos muy poco tiempo trabajando todos juntos, pero ya se puede ver la clase de grupo que somos, todos ayudándonos mutuamente para mejorar lo máximo posible”. Es un ingrediente básico para la que ha definido como “una pretemporada dura, pero muy conveniente para todos”. Está en Fran Iribarne la intención de traducirlo en seguir un paso por delante durante el año: “Hemos sido el primer equipo en ponerse en marcha y eso hará diferencia”.
Para comenzar, y como una espinita clavada desde hace un año, octubre de 2018 en Los Planos, sin competir apenas por falta de rodaje, está llegar al primer título del año con muchas más opciones: “Una de las cosas por la que hemos empezado antes es por la Supercopa; el año pasado no estábamos al 100% para afrontar un momento así allí en Teruel, pero este año sí estamos trabajando duro desde el día uno para poder estarlo”. Después ya pensará en la segunda que quedó bien dentro, la de la final de la Superliga, por haberse visto tan mermados: “Es verdad que la semifinal sí pintaba muy bien la cosa, rindiendo muy bien, jugando muy bien… pero en la final tuvimos varias bajas y por eso les fue tan fácil ganar la liga; estábamos bastante jodidos por ese tema”.
El deporte tiene como uno de sus valores la perseverancia, cualidad innata en Fran Iribarne que le hace ‘labrarse’ otras oportunidades y poder repetir los intentos. No solo eso, sino que Unicaja Costa de Almería le abre un nuevo horizonte: “Va a ser la primera vez que voy a jugar competición europea con un club y eso me hace estar bastante motivado”. Los ‘tesoros’ aumentan en su mapa, en el que ha pintado más de una ‘equis’, siendo una de ellas realmente importante su propio crecimiento como jugador: “Hay mucha competencia por mi puesto en el grupo, pero prefiero estar en un equipo con esta competencia porque así te tienes que exigir al máximo todos los días para poder estar en el siete titular”. Añade que le gusta mucho porque desde ya está “aprendiendo muchísimo de los receptores, intentando ser una esponja con todos los jugadores, pero sobre todo con Almansa y Hage, y, cuando venga, Mario”.
Claro está que después de todo lo dicho sobe su potencial y su confirmación, sin la humildad que le ha caracterizado desde que rompía el balón en categorías inferiores nada se cumpliría. Esa misma cualidad le lleva a sentir, sin canto al sol ni nada que se puede asemejar a lo políticamente correcto, que tiene mucho que aprender de ellos: “Son grandísimos jugadores que me pueden enseñar cosas grandes”. Y no se refiere solo a los ‘cuatros’, porque “el equipo está bastante completo en todas las posiciones”, sin olvidarse de otra vez contar con cuatro almerienses en el plantel: “Nos da sobre todo mucha unión y mucha confianza, lo que al equipo le viene muy bien; a Víctor nunca lo había tratado, lo conocí el año pasado, e Ignacio igual este año”. En pocas horas por fin llega un estreno que se afronta “con muchísimas ganas, además de localizar las cosas que tenemos que pulir, que serán muchas”.
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