Jean Pascal alió en el tercer set, con 1-1 en el marcador, y desde ese momento su aportación a la victoria se tiñó de números en positivo. Así, atacó seis balones, todos a tierra para punto y cogidos a una altura que resulta casi imposible para cualquier bloqueo, con una perpendicularidad en el balón igualmente complicada para la defensa, puso tres bloqueos de punto directo, sumando finalmente 9 puntos porque no hizo ningún ace, pero sí que no erró en ninguno de sus siete saques y en varios de ellos provocó la incidencia necesaria en la recepción de Vecindario ACE Gran Canaria para que sí se anotase. Incluso para no empañar su actuación sumó una recepción perfecta, a modo de anécdota por no ser su labor en el partido, pero sí firmando un +9 en el coeficiente de puntos ganados y perdidos. Jean Pascal está en el camino y lo anda.
En ese sentido, y lejos de estar satisfecho pese a tener muy buenas sensaciones, lo suyo es seguir trabajando y estar arropado por el equipo: “Esto es gracias a los compañeros y a las muchas horas de entreno que echamos aquí; al final, intentar hacer menos errores, es lo que conviene para la mejora del equipo y personalmente, porque yo venía de cometer muchos fallos últimamente; tenía que centrarme mucho para no cometer los mismos siempre y siempre, y eso ayuda a mejorar cada día y en cada partido”. A motivación, nadie le supera: “La verdad es que entré con muchas ganas de jugar y de darle a la pelota, dar lo mejor de mí y así poder ayudar al equipo, entonces era como ‘Ignacio, dámela’, me vio con confianza, me la dio y salió bien”. El escenario, “un partido bastante ajustado”, era el ideal para sacar la mejor versión.
Sí, se siente “contento” en lo personal, pero sobre todo “por el trabajo que hizo todo el equipo”. A los compañeros les da el mérito de su buena actuación particular, ya que “por ellos he podido entrar en el partido desde el mismo momento en el que he salido a pista”, reconoce antes de ponerse más tarea: “A seguir trabajando, porque todavía falta por corregir algunas cosas”. Una de las mejoras, la del saque: “Venía de tener fallos contra Teruel, que hice tres, y en Melilla, uno o dos, y tenía que ir mejorando en ese aspecto, porque la verdad es que en el saque fallaba mucho; en ese aspecto salí muy contento el otro día, por la aportación en el servicio”. En lo que respecta al equipo en general, está con lo dicho por Amado y Kukartsev sobre lo de perder rentas amplias: “Creo que ha sido en momentos de falta de concentración”.
Sobre eso se entrena, sin permitir “exceso de confianza al pensar que a lo mejor los partidos están ganados cuando no es así, ya que eso pasa factura y hay que intentar no volver a cometer ese error”. Y es que, “tal y como está ahora la Superliga, muy ajustada y en la que todos los equipos son muy fuertes, no hay que fiarse de ninguno y sí estar muy centrados de principio a fin”. Es cuestión primordial en la jornada tres, ante un Ibiza que todavía no tiene calibrado: “No sé realmente cómo es el equipo, muchos cambios, y he visto solo un partido, pero ya con eso sí sé que no es malo ni mucho menos”. Además, está la pista: “No es un campo fácil y habrá que estar al cien por cien”. En parte para es “un volver a casa”, ya que militó dos años en las filas pitiusas: “Estuve muy a gusto y muy arropado por la afición y la gente de la isla; tengo ganas de verles y jugar, auqnue no sean los compañeros de antes”.
Siempre “hay ganas de ir y dar lo mejor de ti mismo allí donde ha sido tu casa”, y en el caso de Jean Pascal Diedhiou ha pasado por los cuatro últimos candidatos a los títulos en España: “Cuando lo pienso, digo ‘¡vaya, he pasado por todos!, pero ahora estoy aquí y voy a dar lo mejor; por cada equipo por el que he pasado he aprendido, he tenido una experiencia distinta y todo eso voy a sumarlo en este año en Unicaja”. En su anterior etapa de ahorrador estuvo bajo las órdenes de Piero Molducci, que “hace los equipos a su imagen y semejanza, es un gran entrenador y él también va a por todas, así que no nos lo va a poner nada fácil este sábado, pero lo sabemos y vamos a salir a darle duro desde el minuto uno”, insiste, como sobre Es Viver: “Es pequeño pero la gente arropa muy bien a sus jugadores y eso se nota; yo estuve súper cómodo jugando como local allí y ese arropo creo que es lo especial”.
Allí coincidió precisamente con Ignacio Sánchez, y ya va por la tercera temporada con el colocador almeriense, dos de ellas en Unicaja Costa de Almería: “Con Ignacio hay muy buena conexión; espero seguir así, porque estamos donde queremos estar y a Europa vamos a llegar todos muy bien, espero que sin bajas, porque se nota en los entrenamientos e intentamos que no se note tanto en los partidos”. Además, su vuelta a casa verde fue también excelente: “Me sentí muy bien, muy distinto y mejor respecto al primer año; nada más entrar en el campo me sentí como en mi casa, la afición igual que en Ibiza, te arropa, y al final me hicieron bromas y todo, así que muy a gusto y muy contento, y espero volver a verlos más por aquí”. Queda un gran número de partidos de gran espectáculo, justo antes de la Challenge Cup con la visita de su ex Palma, del que no le sorprende el liderato: “Trabaja muy bien desde que empieza la pretemporada y Marcos Dreyer está como siempre dándole caña a los jugadores, no me sorprende que sean líderes”.
Por último, en el plano personal está más feliz que nunca al haberse producido una especie de reagrupamiento familiar, ya que su hermano mellizo, Gastón Diedhiou, ha fichado por el CB Almería: “Muy, muy feliz, cuando lo vi lloré de emoción después de cuatro años sin estar juntos, y le dije ‘vaya, estás más grande, tío -risas-, qué raro’”. Jean Pascal lo tiene todo para que esta sea su temporada: “Muy contento de verlo y ahora aquí espero que sea un buen año para los dos, y a trabajar, como digo siempre”. Ya le ha recomendado “que disfrute de las buenas cosas de Almería”, si bien tiene que hacerle de guía en cuanto se pueda: “Todavía no mucho porque ha llegado hace poco y no ha tenido tiempo, pero poco a poco cuando vayamos coincidiendo en días libres lo sacaré, daremos una vuelta y le enseñaré Almería; con lo poco que ha visto ya le gusta la ciudad”. Más bromas para terminar, con el recuerdo de sus inicios en baloncesto, “me decían Michael Jordan -risas-, pero por ahora tengo que dejar que se muestre él, no le voy a robar el protagonismo”
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