Superar al voleibol italiano en aquel lejano domingo 15 de marzo de 1998 era el objetivo marcado por un niño del Estudiantes (entrenado por Moisés Ruiz) en Novi sad. Manolo Berenguel ya era un jugador internacional y pudo ver pasar por la plantilla del Unicaja a los mejores jugadores del planeta, que llegaban por la buena gestión del presidente Juan Docio y la maestría del entrenador argentino, Axel Mondi, que siempre confió en el jugador almeriense para sus proyectos.
Aquella plantilla liderada por el colocador Cosme Prenafeta contaba en sus filas con el ahora entrenador del Unicaja Costa de Almería, un Manolo Berenguel que pasaba del viaje con bocadillo y refresco en coches particulares, a un vuelo chárter con la embajada española a Novi Sad, sede de la final a cuatro de una Copa de Europa que era un tesoro para los amantes del voleibol almeriense.
Inolvidable
Superaron en el tie break al anfitrión y se plantaron en la gran final ante el poderío italiano del Casa Módena. Todo era ilusión en aquel almeriense de 28 años que afrontaba sin saberlo el partido de su vida. No eran los favoritos (no les importaba) ni eran conscientes de vivir el partido más importante en la historia del voleibol almeriense. Perdieron por 3 a 0 ante un rival que valía una pasta, pero aquella derrota se cambió por una medalla de plata, un segundo lugar en la máxima competición continental de la que a día de hoy seguimos presumiendo en Almería. Nunca más se volvió a ese lugar. No llegamos a tocar la copa con las manos y ni la nueva Champions pudo acabar con el bonito recuerdo de una jornada en las estrellas con el gran campeón italiano practicando un voleibol de maestría ganando el oro.
Nadie perdió aquel partido y ganaba para siempre el voleibol almeriense que dejaba a España en un gran lugar siendo un recién llegado en consonancia con la época dorada de Palma que empezaba a tocar a su fin.
Ahora es profesor
Manolo Berenguel es un entrenador mezcla de Moisés Ruiz, Antonino Conti y Axel Mondi. Los tres preparadores que marcaron su carrera. De ellos, como del maestro Piero Molducci, siempre fue un alumno aventajado y se impregnó de esa soledad del banquillo cuando uno decide y todos obedecen las órdenes.
Hoy Manolo Berenguel no desconecta y recuerda a sus maestros cuando se marchaban los últimos del pabellón con la cabeza llena de problemas sin resolver. Berenguel es entrenador las 24 horas del día y sigue en el club de su vida impartiendo clases.
Hoy que vuelve Unicaja a Europa el entrenador almeriense echará la vista atrás y recordará aquella final de Novi Sad que contará a sus nietos como el día más grande del voleibol almeriense. Manolo suma años, pero sigue siendo el mismo de aquel 1998.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/6/deportes/183274/manolo-berenguel-es-testigo-directo-de-la-mayor-gesta