Maica, la niña que vino al mundo con un balón de fútbol

Fue muy bonito y emocionante hablar con ella aquella tarde tan fría después de un partido en el complejo deportivo Tito Pedro. Se llama Maica, tiene 36 años, juega en el Pavía y vino al mundo con un balón de fútbol; su vida ha sido el fútbol y su pasión. La conversación comenzó relatando su carrera como futbolista y cuando apareció el nombre de su padre, ya fallecido, ‘se rompió’ la entrevista, nos rompimos los dos, porque aparecieron unas lágrimas que nos inundaron en uno de los despachos del recinto deportivo del Tito Pedro.

Maica es única. Es como la ‘madre’ de algunas de las jóvenes jugadoras de un Pavía que es pura historia en el fútbol femenino de la tierra. Comenzó jugando al fútbol siendo una niña y hoy, tantos años después, tiene la misma ilusión, como en aquellos, en los que siendo una niña, daba sus primeras patadas al balón. Las más pequeñas de vestuario del equipo arlequinado ven en ella el espejo perfecto para crecer en el mundo del fútbol. LA VOZ DE ALMERÍA se ha colado en el corazón de Maica para conocer cómo es fuera de campo una de las jugadoras en activo con más experiencia en el mundo del fútbol en Almería y seguramente en España.

Su pasión
“Puedo decir que el fútbol es mi vida, intenté practicar otros deportes, como el pádel o alguno otro, pero al final me tiro al fútbol porque es mi pasión”, dice como comenzó a emocionarse en los primeros segundos de la entrevista para el periódico de todos los almerienses... la sorpresa estaba al final.

Maica comenzó a jugar al fútbol desde muy pequeña: “Desde los 8 años llevo jugando al fútbol sala, he estado un total de 22 años jugando al fútbol sala y ahora llevo cuatro años jugando al fútbol 11; la verdad es que son muchísimos años ya en el mundo del fútbol, muchas batallas, muchos viajes... una siempre termina donde más le gusta, que es el fútbol”, recuerda.

Abre su corazón: “Me cuesta todos los años retirarme del fútbol, pero me tita tanto el fútbol que lo veo casi imposible. Me tira mucho el fútbol, pero mucho”, dice.
No se imagina su vida sin el fútbol: “Creo que no podría vivir sin el fútbol en mi vida. Creo que terminaré vinculada a algo relacionado con el fútbol cuando me retire: entrenadora, delegada... el fútbol es lo único que me llena hoy en día, esa es la verdad, siempre está la familia, pero como hobbie, el fútbol porque este deporte me ha dado cosas increíbles en mi vida”.

Dedica muchas horas al trabajo, luego la familia y el fútbol no falla: “Tengo un negocio y me tengo que levantar todos los días a las 5 de la mañana, tengo un hijo, una casa, pero siempre busco un hueco para venir a los entrenamientos y a los partidos”. Comienzan a brillarle los ojos: “Tuve que dejar el fútbol, pero volví. Le hice una promesa a mi padre, que falleció, de que dejaría el fútbol, pero no pude”, recuerda con lágrimas esta campeona en el campo, en la casa, en su negocio...