“No, la verdad es que no, siempre ha venido alguien -sonrisa-“. Es el único momento en el que rebaja el tono de sus valoraciones en torno al COVID-19 y el impacto que ya, de modo inminente, comienza a provocar en el deporte. Jamás ha jugado, en su amplia carrera, a puerta cerrada, por poca gente que haya acudido a algún pabellón, y deja claro que “para cualquier deporte, ya sea en un estadio, en un pabellón, o en cualquier otro escenario donde el público le dé calor a su equipo, si se lo quitas, si le restas la gente, se va una parte importante de esa magia del deporte”. Es Ignacio Sánchez, un ‘joven veterano’ cuya trayectoria le hace afrontar con calma todas las situaciones, incluso esta: “Somos deportistas y tenemos que hacer nuestro trabajo, haya público o no; hay que adaptarse a la situación y nosotros, a hacer lo nuestro… hasta que nos dejen”.
Preguntado el colocador de Unicaja Costa de Almería sobre el fondo de esa añadido que pone a su respuesta, introduce un matiz importante que “no va más allá de una mera opinión personal, ya que a quienes hay que preguntarle es a los expertos”, y es la seria posibilidad de una paralización total: “Vamos en relación con Italia dos semanas después, y creo que va a pasar lo mismo que allí; ahora hablar de esto es adelantar acontecimientos, pero mi opinión es esa; en Corea, por ejemplo también, nuestro ex compañero Andrés Villena está con la liga paralizada, y tarde o temprano nos va a llegar a nosotros esa situación, pienso, y no sé cómo la afrontaremos o lo que pasará”. Comunicado antes del mediodía de este martes a la plantilla, Ignacio confiesa que al conocer la decisión “lo primero que se te viene a la mente no es el deporte, sino que es una situación que puede ser grave, que no es una simple gripe, porque se están tomando medidas”.
Ante todo esto, y por ahora, la reacción natural de cualquier profesional: “Nosotros lo único que tenemos que hacer es intentar llevarlo lo mejor posible y actuar acorde a las pautas que nos den, si hay que jugar sin público, pues sin público se juega, ya que quienes hayan tomado estas medidas son los responsables y los expertos del país y supongo que tienen conocimiento del porqué de unas cosas u otras”. Eso sí, quizá un parón no sea lo que más convenga a un Unicaja Costa de Almería que ha cogido un ritmo de juego espectacular, solo resultado de un proceso: “Esto es un trabajo que viene desde hace mucho tiempo, todos los jugadores estamos entrando duro día a día y todos somos capaces de darle la vuelta a un partido, tanto el que está dentro como el que está fuera, simplemente el equipo necesita unas cosas que aporta un jugador, y luego hay otros partidos que lo aporta el otro, y pienso, en ese sentido, que tenemos once jugadores que cada uno por separado aporta algo que es diferente y bueno, llevamos mucho tiempo así y no es reflejo de ganar a Teruel”.
Es una idea clave, “trabajando muy bien todo el equipo”, dentro de un contexto en el que se puede ganar o perder, claro está: “Tuvimos no mala racha, sino partidos importantes en los que salimos a ganar, como siempre, pero es deporte y nos tocó perder, y la respuesta del equipo, que es lo bueno, fue positiva, no nos rendimos ni nos vinimos abajo, supimos que jugamos bien, que había cosas que mejorar y las mejoramos, y con ese pensamiento nos enfrentamos a Teruel y supimos ganarle, y con ese pensamiento es con el que vamos para lo que queda, pero no por el triunfo por 3-1”. De hecho, no por repetido deja de tener valor la típica expresión de que “todos los partidos que nos quedan hasta el final tienen que ser eso, finales, mejorar en lo que fallamos más y arreglar esos pequeños aspectos; la liga te la da eso, que tengas de cara los pequeños detalles y sepas manejar los momentos clave, eso es lo que nos la va a dar, y Palma fue una muestra, brillante todo el equipo”.
De hecho, a día de hoy, está ‘muy caro’ jugar en Unicaja Costa de Almería: “Este año es el que más disputados están los puestos, cualquier jugador puede entrar en la pista; en este equipo no llamaría ni titulares ni suplentes, la verdad, porque es la realidad que en cualquier momento podría entrar uno que está ‘camuflado’, por así decirlo, y puede jugar perfectamente de titular”. La responsabilidad, del entrenador: Manolo es el entrenador y toma la decisión de quién juega, y nosotros estamos de acuerdo con él siempre; si él cree que tiene que empezar un jugador, para eso está dirigiendo él al equipo; nuestro trabajo, en el caso de los que empezamos fuera, que nos llama Manolo, ahí estamos, y si no, durante la semana seguimos trabajando”. La madurez es un bien magnífico en un Ignacio que es muy claro a la hora de dar su valoración sobre el fichaje de otro colocador, de Pei Hung-Huang.
En ese sentido, se muestra encantado: “Que haya venido me ha ayudado bastante, porque no es fácil llevar un equipo tú solo; de hecho, lo he llevado durante mucho tiempo y creo que eso me ha pasado factura a mí y a todo el equipo, así que haya venido ha sido aire fresco, y que empiece él o yo… ya no soy un niño pequeño que antes me cabreaba; al final si no juego es por decisión de Manolo y yo puedo elegir dos caminos, me cabreo y vivo así, o sigo trabajando, porque el trabajo que haga al final es para mí, no es para Manolo, ni para Pei, ni para Unicaja”. Además, no sería él mismo: “Cabrearme no es mi forma de ser, y encima Pei es una buenísima persona, un excelente compañero, y creo que entre los dos sumamos más que si yo cojo otro camino; el objetivo es el mismo, queremos lo mejor para el equipo”.
De su amplia sonrisa durante el transcurso del juego ante Teruel, es una muestra de que disfrutó el juego y que le hacía falta ese triunfo: “Fue mucha satisfacción; no solo este año, sino los anteriores, me quedé con esa espina de ‘tenemos un equipo muy bueno y por qué no le ganaos’, le di muchas vueltas y lo he visualizado mucho; era el momento de ganarles y así lo hicimos”. Quiere más todavía: “Pienso que los dos primeros partidos jugamos allí y eso nos pasó factura psicológicamente, porque nos veíamos capaces de ganar perfectamente, pero perdimos dos veces, y luego súmale la Copa del Rey; creo que era más psicológico que técnico, era un partido más de cabeza y por eso vencerlo nos ha levantado más el ánimo”. Nadie puede dar por segura una final entre ambos, porque “va a ser una pelea en todos y cada uno de los partidos una vez que empiecen los playoffs, un reflejo de toda la liga, al final todos peleones, nadie regala nada; van a ser unos playoffs un poco más duro de lo habitual”. Como ensayo, un UBE L’Illa Grau que es “otra final, sabiendo que son muy peleones y que su principal virtud es su actitud, hacen muy buen voleibol, defienden mucho, son competitivos y en los momentos clave no se achantan”.
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