Javier Tebas tuvo ayer, hasta que Infantino habló, uno de sus días más conciliadores. A primera hora de la mañana acordó con la Federación emitir un comunicado conjunto en el que, como se esperaba, ambas instituciones informaban de la suspensión de todas las competiciones sine die por la crisis del coronavirus: “La Comisión de Seguimiento prevista en el vigente Convenio de Coordinación acuerda la suspensión hasta que las autoridades competentes consideren que se pueden reanudar y ello no suponga ningún riesgo para la salud”. Poco después, tras celebrar una Comisión Delegada con seis clubes de Primera (Real Madrid, Sevilla, Betis, Valencia, Villarreal y Levante) y seis de Segunda (Deportivo, Cádiz, Las Palmas, Alcorcón, Almería y Lugo), LaLiga se puso del lado de los clubes profesionales a la hora de tomar medidas de urgencia paliar los efectos de la pandemia.
Este fue su segundo comunicado: “LaLiga quiere manifestar su total apoyo a los clubes ante la grave situación a la que se están enfrentando con motivo del COVID-19. Cada club está tomando las decisiones que considera necesarias según sus circunstancias para hacer frente a las graves consecuencias derivadas. En este sentido, LaLiga apoyará, asesorará y ayudará a la coordinación de aquellas solicitudes de ERTEs por fuerza mayor que los clubes consideren oportuno presentar ante la autoridad laboral debido a la considerable merma de su actividad (sin partidos, sin visitas a las tiendas, etc.)”.
Sin embargo, este movimiento de la patronal, que parecía que iba a desembocar en una lluvia constante de peticiones de ERTEs, no tuvo incidencia ayer. Es más, según ha podido saber AS, muchos clubes han comunicado por email a sus trabajadores que no van a acometer ningún ERTE por ahora. Las Palmas ya se retractó la semana pasada, el Leganés ya ha manifestado que no entra en sus planes, así como también han hecho otros clubes de Segunda como el Numancia y el Fuenlabrada. Las palabras de Tebas el pasado viernes en una reunión telemática, en la que pidió prudencia, han tenido efecto aunque hay clubes que están valorando dar el paso y consultar su situación con la autoridad laboral. Aun así, en general, la idea de los clubes es que es mejor acordar una bajada de salarios colectiva, con mayor impacto en la plantilla profesional, como quiere hacer el Barça, antes que comenzar a abrir expedientes reguladores temporales de empleo donde el 70% lo pagaría la Seguridad Social y el 30% restante el club.
Los ERTEs, además, tienen peculiaridades que podrían complicar las cosas en el futuro a los clubes en caso de que sean aceptados. Una de ellas se señala en la Disposición Adicional VI del Decreto del Estado de Alarma y apunta a que, en la salvaguarda del empleo, se concederán ayudas a las empresas que cumplan normas como las de volver a contratar a los despedidos durante al menos seis meses cuando regrese la normalidad. Los ERTES, según los expertos, van a llegar en cascada en 2ªB (ya van Castellón, Linense, Sanluqueño, Cartagena...). Ni siquiera en Tercera, donde no hay tantos contratos.
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