“Está ya casi aquí, Manolita dentro de poco viene al mundo; Isabella tiene la barriga cada vez más grande, y un poco de nervios sí, aunque no sé si esa es la palabra o más bien las ganas de cogerla en brazos y ver cómo es”. Guilherme Hage será un gran padre, como su esposa una gran madre, sin duda, ambos viviendo una extraña situación como la actual cargados de una ilusión solo al alcance de quienes esperan una nueva vida: “Esta semana vamos a ir al médico para ver cómo está, y a empezar al preparar todo para cuando venga, deseando que el tiempo pase rápido para que ya esté con nosotros”. Entre tanto caos, ayudan a la ilusión de un mañana para este mundo a su manera, aportando una felicidad que ya les regala su primera hija, que llegará rompiendo las rutinas necesarias y obligadas para pasar el confinamiento de la mejor manera posible, las que recomienda el receptor brasileño.
En ese sentido, considera que es muy “importante estar siempre haciendo cosas, la creación de rutinas, más para la parte mental”, lo que a él le está ayudando a llevar bien la cuarentena, junto a sentirse entre los suyos en su país: “Estamos todos en mi casa de Brasil y estar con la familia ayuda un montón, pero siempre de ese modo, creando rutinas, despertarse, limpiar la casa, desayuno, actividades físicas, un poco de meditación, un poco de yoga… no sé, un poco de todo, volver a estudiar para mantener la cabeza ocupada, ya que es clave el tema psicológico”. Para vivirlo de este modo, “el viaje a Brasil fue un poco complicado, porque la idea era quedarnos un poco más en Almería, que pasara un poco todo esto y bajase la gravedad de la situación, pero empezaron a cerrar todo y cambié el billete dos veces para salir lo más rápido posible; fue una semana un poco tensa por no saber qué podía pasar”.
Una vez en su país, una especie de déjà vu: “Algunas cosas son más complicadas que en Europa; estoy viviendo otra vez lo mismo, aquí estaban a principio y empieza a explotar la cosa, las personas están intentando controlar, haciendo la cuarentena también; el tema económico es como en todos los países, pero ahora es momento de pensar en las personas, que se quedan en casa para pasar lo más rápido posible esto”. Su ciudad no es grande, “como Almería”, y todo está más tranquilo que en las grandes urbes como São Paulo o Río, dejando muy claro Guilherme Hage que “las medidas que hay que tomar son las que está tomando España, la cuarentena sobre todo”. De hecho, sigue con interés lo que le llega de Almería, de la que se muestra orgulloso: “Lo está haciendo bien y debe seguir así, siendo lo más sensato esto del confinamiento, porque cuanto menos se propague, mejor, cuanto más despacio se infecten las personas, más alivio para el sistema sanitario y que entre en colapso”.
Hage luce su solidaridad y sentido de ‘ciudadano del mundo’: “Si todos ayudamos, la economía se puede recuperar pasando un año un poco mejor o un poco peor, el tiempo lo puede cambiar todo, pero si las personas mueren, no pueden cambiar nada, y esa es la clave, pensar en la gente que está infectada por el virus y ser más humanos”. Por tanto, su mensaje es particular y global a partes iguales: “Que haya tranquilidad, pensamientos positivos, poco a poco ir saliendo en un momento que el mundo vive, que es mucho de esto, de olvidar las diferencias que hay entre nosotros y decir ‘vamos a ayudarnos’, no solamente entre las personas cercanas y ciudades, sino en global, porque el mundo va a necesitar ayudarse, los países entre si, para equilibrar las cosas otra vez”. Una línea directa con la esperanza desde esta familia Hage-Magalhães que aumentará sus efectivos en breve, Manuela ya juega.
Con su discurso, el receptor deja claro que el voleibol es lo de menos ante todo esto que se está viviendo, si bien confiesa su mayor añoranza: “Es jugar lo que más echo de menos, la sensación del calentamiento, de prepararse para el partido y empezar a jugarlo, eso que vivimos todos los sábados, y por eso, casa sábado, pienso ‘podría estar jugando ahora’”. La temporada la define como “un poco rara”, insistiendo en lo mismo que sus compañeros: “El equipo estaba jugando muy bien, muy bien, iba creciendo partido a partido y ha sido una pena porque la liga es lo más importante y estábamos genial, pensando en los playoffs, llegando en nuestra mejor forma física, técnica y táctica, todo, psicológicamente también, y no sé qué podría haber pasado, pero nos venía con una potencia muy grande para ganar la liga”. Por eso, tiene un conflicto de pensamiento en torno al modo en que todo tendría que acabar.
En ese sentido, “entre nosotros sí sabíamos que estábamos muy bien, por méritos propios, y cuando se pasa de fase regular a playoffs, cambia el campeonato, quizá más este año tan equilibrado, pero sin duda la fase regular fue una cosa muy buena, muy complicada de hacer, al perder un solo partido; es la primera vez que me pasa algo así en toda mi carrera, como a todo el mundo, y es difícil de resolver, porque los playoffs son otra cosa, no hay que ser injustos con otros equipos, pero en varios países dan premiación para quien acabó primero; no lo pienso demasiado y no sé, la verdad, solo que nos quedamos con ganas de jugar y de ganar en la cancha”. A su reflexión suma que “ningún otro equipo habría superado la situación que se ha tenido en Unicaja Costa de Almería debido a las lesiones, y este grupo ha mostrado, independiente de si el título es nuestro o no, lo fuerte que ha sido ante problemas que otros muchos no sabrían manejar, entrenar y jugar con siete u ocho jugadores, y solo perdiendo un partido como demostración del carácter del equipo”.
Por tanto, en el análisis general de la temporada se queda con que “Almería vuelva a Europa y participar de esto”, resumiéndolo como “lo más bonito” junto a un grupo “muy bueno, sin ningún problema, en el que se trabajaba, se tenía que hablar más duro y se hacía, las personas escuchaban, y eso hace un grupo fuerte”. En ello, “las bajas, los cambios de jugadores, entrenar con siete y seguir luchando para hacer una fase regular así, solo perder un partido pese a los problemas y sabiendo la gran igualdad de la competición, tiene mucho mérito”. La competición europea “ha sido espectacular, cómo estaba el pabellón”, y se queda “frustrado por no terminar la liga pese a que había momentos en los que ya no se sabía cómo se iba a hacer, lo que ha supuesto una superación de todos, y cuando digo todos, es todos, jugadores, el cuerpo técnico, prensa, directiva… son condiciones atípicas, que se quedan fuera de tu control, y por eso fue bonito e increíble cómo nos ayudamos, cerramos filas y se sacó adelante”, finaliza.
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