De toda la vida, y de eso dan testimonio varias joyas documentales que guardan en sus instalaciones como el tesoro que son. Hacer posible la movilidad de la gente es su misión desde muchas décadas atrás, un compromiso ‘de sangre’, que ha pasado de generación en generación en una auténtica empresa familiar, por su gestión y su operatividad, pero que ha crecido y dado trabajo a medida que la sociedad se lo ha pedido. La flota de vehículos de Juan del Pino es considerable, pero de entre todos los autobuses que circulan cargados de historias de vida dispares, hay uno rotulado de modo especial, que llama la atención y que por toda España luce el escudo que tanto orgullo despierta entre los almerienses, el de Unicaja Costa de Almería. Desde aquella ‘parrala’ que llevaba a la capital, que parecía tan lejana, a los habitantes del Bajo Andarax, hasta los modernos ‘coches’ actuales de la firma, en medio ha habido una relación de siempre, de confianza, entre Ramón del Pino y el club ahorrador.
Juan del Pino porta todo lo que ha ‘mamado’ y mira al futuro como gerente de esta tan señera empresa: “Trabajamos en la adaptación de nuestra empresa a la nueva situación y las nuevas oportunidades del mercado, algo que ya hacíamos antes de la llegada de la COVID-19, pero ahora con más hincapié”. Sabe perfectamente que “hoy por hoy, el cliente necesita saber que viaja en un espacio limpio y desinfectado” y es por eso que tienen publicados en su web “los procedimientos y protocolos que realizamos para viajar con seguridad”, ha matizado. Por tanto, solo es cuestión de seguir fieles a su ADN, nunca mejor dicho: “Seguimos nuestra andadura con ilusión y, si cabe, con mucho más esfuerzo, reforzando nuestra principal línea de trabajo, que es dar al cliente la máxima calidad de servicio; nos esmeramos en reforzar toda la confianza, y que el viajero pierda el miedo a viajar; es fundamental que conozca la desinfección diaria que realizamos de todas las superficies del vehículos que los va llevar a su destino sanos y salvos con peróxido de hidrogeno y ozono”.
Qué duda cabe de que es un momento complicado, pero lo ha sido más estos tres meses atrás: “Con la llegada de la pandemia y la declaración del estado de alarma se publicaron limitaciones de movilidad, en las que solo se podían realizar traslados por razones muy justificadas, y la ocupación en los autocares se redujo a un tercio de plazas, escenario que no es conocido por nadie y que nos ubicaba en un estado de incertidumbre poco alentador”. Pero para algo se es ‘Del Pino’, y la reacción era muy clara: “Se inició un proceso en el que lo más duro era aprender nuevas formas de actuar en cuanto al comportamiento social, enseñar a cuidar y preservar la salud del viajero y la de nuestro personal de conducción, cumpliendo las rigurosas normas que se estaban publicando”. Mantuvieron las líneas regulares, que “son un servicio público, necesario y obligatorio, que se han mantenido durante todo el periodo, pero en una situación muy preocupante porque ‘se paseaba hierro sin viajeros’; la baja ocupación ha generado un impacto económico que tardaremos años en olvidar”.
Utilizando un símil de conducción precisamente, “el túnel todavía va a ser muy largo, por la gran estacionalidad que tiene este sector y porque la campaña del transporte discrecional, que tenía su inicio en el mismo momento en el que llegaba la COVID-19, se ha visto extinguida”. Turismo como salida, toca dar paso a cierto optimismo, mirada en apertura de fronteras en julio y agosto y llegada de visitantes, sin que se vea demasiado frenado por la falta de confianza de los clientes: “No podemos perder el optimismo, y aunque esta campaña esté perdida, tenemos que seguir ofreciendo transporte de calidad para minimizar la percepción de miedo a viajar, y si no es en verano, después del verano iniciemos con fuerza, olvidándonos de lo vivido”. Hay en el panorama nacional 3.350 empresas y la flota media es de 13 autocares, lo que da un total de 44.000 vehículos: “Ramón del Pino es una pequeña empresa con un espíritu de servicio y sacrificio que es difícil de encontrar; el hecho diferenciador más importante que siempre hemos tenido es la convicción de que somos una empresa de servicio público y que atendemos al cliente las 24 horas los 365 días del año”.
Unicaja Costa de Almería puede dar testimonio de ello, así como de los otros pilares que aporta Juan del Pino: “Nos diferencia el material móvil por el que apostamos y, si cabe más aun, la calidad humana del personal que compone la empresa; sin él, sería imposible continuar el proyecto”. Ya sea el entrañable Juan, que cuida a todos en las expediciones ahorradoras allá donde los conduzca, u otro de los compañeros que le echan una mano en los desplazamientos más largos, ya son parte del equipo y así se les trata. Han sido cientos de miles de kilómetros juntos, club y empresa, y ahora con bus propio que igualmente disfrutan otros clientes de Ramón del Pino con mucho agrado: “Les llama la atención, les gusta la rotulación y el interior tan cómodo que tiene; nos cuentan que no todo el mundo tiene la oportunidad de subirse en el autobús que traslada a un equipo deportivo, y menos en el del Club Voleibol Unicaja Costa de Almería, un equipo histórico, con tantos triunfos a sus espaldas y con tanta alegría repartida entre sus aficionados”. El gerente valora la colaboración mutua de ese modo, simbiótica: “Muy positivamente; el club siempre nos ha demostrado un compromiso que es mutuo, además de que nos gusta la profesionalidad, y este club, año a año, siempre ha demostrado una estructura consolidada y organizada”.
Siendo más que centenaria, es necesaria la reseña histórica que muestra fidelidad a un modelo: “La empresa inició su andadura en el año 1918 de la mano de Ramón del Pino Alvárez y en 1924 regularizó su situación, adjudicándosele, en licitación, la concesión desde Viator a Almería, así que en la actualidad ya estamos incorporados los miembros de la cuarta generación”. Cada una ha ido aportando para sostener la modernidad en todo momento: “Son muchos años en los que cada generación ha afrontado nuevos retos, ha habido una evolución constante, pero se han preservado en todo momento los cimientos heredados de la generación anterior”. Ahora toca lo mismo, “lograr en estos momentos mantener la empresa en las condiciones óptimas para ofrecer al cliente en el futuro el mismo o mejor servicio que le hemos prestado hasta el día de hoy”. Como no, se tiene certeza de que se da la mejor alternativa.
Y es que el compromiso asumido es global, también, por supuesto, con el cambio climático: “El autobús contamina menos que el vehículo privado, es la opción más ecológica, la idónea para mejorar la movilidad urbana y resulta además mucho más barato que ese vehículo privado”. De la ciudad, a ‘carretera abierta’ para los largos desplazamientos: “De entre todos los medios de transporte terrestres, el bus es el más seguro, en el último puesto en el ranking de siniestralidad”. Encima, en Ramón del Pino hay cabida para todo tipo de servicio que se precise: “El autobús es perfecto para cualquier desplazamiento, desde laboral, cultural, vacacional, ocio… puede ser en familia o en grandes grupos, y nosotros tenemos servicio para cubrir desde solo una plaza a todas las necesidades del cliente. Hay muchos estudios al respecto del gasto del tiempo diario de los españoles, pero una media nacional puede situarse en una hora y media diaria en desplazamientos, así que es mejor dejársela a estos profesionales, que nos conduzcan con seguridad y comodidad, y que nos ‘regalen’ ese tiempo que no conducimos para usarlo en trabajo, ocio o simplemente relax.
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