Día 24 de agosto, lunes, 8 de la mañana, todos puntualmente presentes y cargados de optimismo en las modélicas instalaciones del Hospital HLA Mediterráneo. Ocho miembros de la plantilla departen alegremente entre si y con los cuatro integrantes del cuerpo técnico, también citados en el prestigioso centro hospitalario. Solo faltan Javier Jiménez, cuya tramitación de documentación está a punto de culminarse, con viaje a España desde su Cuba natal previsto para dentro de escasas fechas, y los internacionales Alejandro Vigil, Miki Fornés y Guille Carmona, centrales y segundo entrenador respectivamente, que en breve viajaran a Chipre como piezas clave de los Redlynxes en su intento de clasificación para el Campeonato de Europa de 2021. Unicaja Almería 2020/2021 ha echado a andar y las primeras horas han sido mucho más productivas de lo que podía esperarse, puesto que han desvelado un magnífico entendimiento, clave para presagiar un grupo humano de perfecto funcionamiento.
Precisamente con eso se ha quedado, de entrada, quien ha encabezado al otro de los colectivos citados, el de los empleados del club, como es el gerente de la entidad verde, Alfredo Cortés: Alfredo Cortés. Llegado al puesto con el inicio del año, no ha tenido nada sencilla su aclimatación al mismo, primero con la pandemia y después con la complicación de iniciar un nuevo proyecto precisamente manejando la misma, sumando a todo ello un proceso electoral que sigue su curso y que esta semana va a tener una fecha clave, la del cierre de presentación de candidaturas: “Siempre soy sincero y por ello he de reconocer que no ha sido fácil, ha sido mucho trabajo, y no se puede olvidar que reina la incertidumbre respecto a la situación actual del deporte en general y del voleibol en particular, pero con mucha ilusión, viendo además que mucha gente también la tiene de cara a un proyecto de futuro, y es justo lo que se ha percibido en el primer encuentro de grupo de jugadores”.
Cortés ha remarcado que “es el momento de recoger los frutos de todo lo que se ha hecho, se ha montado un equipo muy competitivo una vez más, del que ahora toca disfrutar, formado por jugadores que parece que han convivido toda la vida y que ya han comenzado a tener una buena comunión entre ellos”. Es lo mismo que le ha alegrado la vuelta al trabajo a un Manolo Berenguel que ha reconocido haber estado “con la antenilla puesta” para acabar la primera mañana muy contento porque todo lo que ha escuchado “ha sido muy bueno”. El técnico ha pasado el ‘escáner’ a sus hombres en el primer encuentro con ellos, ya en el mismo hospital: “Es cierto que la primera impresión ha sido bastante buena, me suelo fijar en la calidad muscular, si llegan con sobrepeso, y hasta ahora mismo las sensaciones son muy buenas; hay un grupo muy, muy bueno, por las sensaciones que tengo, nadie ‘especial’, física y psicológicamente son muy buenas, jugadores que hace tiempo que no se ven y que incluso no se conocen, así que han sido impresiones fenomenales”.
Ha comenzado a desarrollarse el plan establecido por Berenguel, con los test y las mediciones a cargo de Enrique de Haro, pero sobre todo asentando las bases para la seguridad de todos con las pruebas y las medidas oportunas: “Vamos a trabajar por parejas durante estos dos días, hasta que se tengan los resultados, menos ágil todo, pero necesario, y a partir del miércoles por la mañana, si todo va bien, se va a empezar a tocar el balón de forma controlada, sin saltos y adaptándonos poco a poco al suelo”. Y entre tanta restricción, el punto amable ha correspondido al sabio Enrique de Haro, capaz de dar el ‘ritmo’ justo al trabajo en medio de la distensión: “Para todos es una situación novedosa, pero incluso podemos estar muy contentos, porque hace unos meses ni siendo muy optimistas esperábamos un escenario así; incluso dentro de ser una situación extraña, estamos contentos de que al menos se haya dado esta posibilidad de vernos juntos y empezar una nueva temporada”.
Su contrapeso va más allá: “Solamente es adaptarse a las condiciones en las que vivimos ahora, minimizar los riesgos, mantener la distancia de seguridad y hacerlo todo más individualizado, sabiendo que solo cambia eso, porque todo lo demás es la misma rutina, que es lo que nos va a hacer sentir equipo, como hasta ahora; más que nunca es ver el estado general, y no solo físico, sino psicológico, hablar con los jugadores, ver cómo han vivido este tiempo… nos hemos visto por redes sociales, pero el contacto directo es diferente; valorar como siempre a lo jugadores, pero más que nunca, porque llevamos desde marzo sin vernos, y cobra más importancia”. La primera mirada ha conducido a una buena impresión: “Ya lo hablábamos durante el confinamiento, que la gente ha tomado conciencia de la importancia del cuidado del cuerpo, y pienso que cuando cesó el estado de alarma, la gente aprovechó, pensó ‘he estado encerrado y necesito mover mi cuerpo’, y lo que era negativo al principio después ha sido positivo”.
Las sesiones escalonadas por parejas en el gimnasio del Moisés Ruiz han sido realmente un punto de inicio más real que las analíticas”.
La otra parte básica de los primeros días cada pretemporada, y más en esta, la ha conducido el staff médico, encabezado por el doctor José García: “Es la primera vez en mi vida, después de 40 años ejerciendo, que me encuentro esta situación; sí, es algo anómalo y antes de hacer nada tenemos que estar seguros de que no hay en el grupo ningún contagiado, por lo que la primera vez que nos vemos ha sido en e HLA Mediterráneo para hacer las pruebas serológicas añadiendo analítica completa de todos los miembros del club”. Después ha hecho ‘reconocimiento médico normal en el espacio que nos permiten, adaptarnos a esta situación”, con “más interés en los nuevos, son los que más pronto quiero reconocer, los demás exactamente igual, pero los conozco de más años y la evolución siempre ha sido muy buena, además de que hemos estado siempre pendientes de ellos en todo momento”, ha matizado.
A su lado, un Jorge Soriano que compagina su función de fisioterapeuta con la de no dejar de ser jugador nunca: “Todo esto es algo que no tiene precedentes y hay que adaptarse a la situación en la que estamos, intentar hacer las cosas lo mejor posible; por ello lo primero son los test y análisis, y a partir de ahí empezar a trabajar con el grupo”. Doble mano a Enrique de Haro y a José García en esta fase, “ayudo al doctor con el reconocimiento médico, y a Kike con las mediciones”, ha relatado, pero a su vez realiza “unos reconocimientos de fisioterapia” complementario a la toma de datos del estado físico de gimnasio y pista”. Como jugador eterno, de igual modo ha querido destacar el buen ambiente que se ha generado a las primeras de cambio entre el grupo de jugadores presentes en el primer ‘Día D’ 2020/2021: “Hay muchos que no conozco, pero se nota que hay ganas de empezar, de estar con la dinámica de grupo, que gusta a los jugadores, gusta estar con el equipo, y la ilusión del primer día es muy grande; se nota que hay muy buen rollo y buena sintonía”.
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