Al hablar una vez vivida la semana ahorradora, lo que cabe trasladar es sensación de tranquilidad y de confianza, lo mismo que pasó antes de la Supercopa, sin poder cumplirse las expectativas generadas en su traslado al juego. Es lo que Berenguel ha llamado “asignatura pendiente” del inicio del nuevo curso, y sobre se ella trabaja: “Hemos tenido la charla que procedía después del partido que hicimos, y sí, hemos competido muy poco, pero la forma de hacerlo ha sido realmente mala, no vamos a engañar a nadie; a lo largo de la semana se han puesto las pilas, efectivamente, se ha vuelto a hacer buenos entrenamientos, como ya los hicimos la semana anterior, pero ahora cada fin de semana hay una prueba de fuego, y este equipo, entrenar, entrena bien, pero también tiene que competir”. Más claro, imposible, su discurso.
A esto se junta un condicionante importante, como es el desconocimiento del rival que visitará el Moisés Ruiz, “no sabemos si nos va a dejar competir o no”, si bien la incógnita mayor a día de hoy está clara: “El problema lo tenemos nosotros en y está en nuestro lado del campo; así que solo cabe seguir insistiendo en ponernos en la situación de competición, que es la asignatura pendiente que tenemos ahora mismo, y estamos trabajando en eso, mentalmente más que nada, ya que todos los temas técnico-tácticos salen en los entrenamientos”. La predisposición de los jugadores ha sido siempre absoluta, más después de charlar para buscar soluciones: “Sigo diciendo, y ellos lo saben, que tenemos armas no escondidas, sino que están ahí, y que todavía no funcionan, y también les quedó claro que al club al que vienen es un club con una trayectoria intachable, donde siempre se ha competido; habrá habido partidos buenos o partidos malos, pero siempre se ha competido”.
Sin dejar de reconocer que es una historia repetida, “también pasó el año pasado, y en aquel momento se hicieron grandes partidos de pretemporada frente a grandes rivales para luego no funcionar en la Supercopa”, este año se empieza desde cero: “Eso no supone borrón y cuenta nueva, porque no va conmigo, porque aprendo de los fracasos y de los errores, y sé que les quedó claro a dónde vienen, y que aquí hay que darlo todo desde el puto uno”. Es obligado incluso más este fin de semana, en el que se rompe el hielo de la fase regular de la Superliga frente a un adversario del que se sabe muy poco: “Por nombres, puedo decir cosas, pero al final de lo que se trata, siendo un deporte de equipo, es ver cómo juega el equipo, y el ejemplo lo tenemos en nosotros, que tenemos jugadores con mucho nombre y trayectoria, pero no terminamos de funcionar, aunque estoy convencido de que lo lograremos”.
Arenal Emevé Lugo “es un equipo que no ha competido nada, no tenemos nada de ellos, ellos de nosotros sí, seguro, un arma a su favor”, advierte Berenguel, pese a que insiste en lo mismo de antes: “Si han jugado algo, no lo sabemos, no tenemos información y toca eso de ‘a verlas venir’, aunque si sí la hubiésemos tenido, lo que más preocupa es hacer rodar a nuestro equipo, y después preocuparte por el rival”. Sin perder la confianza en un triunfo, “la predisposición del equipo después de ese varapalo está siendo positiva y espero que salga a relucir el sábado”, no admite que. haya ‘confianzas’, nunca, y menos ahora: “Lugo va a ser muy peleón, sabemos del carácter que tienen muchos de sus jugadores, sabemos del orden que impone el entrenador; la actitud de este equipo ya se vio la temporada pasada y va a seguir en la misma línea, así que nadie se crea que teneos un rival fácil para comenzar”.
Manolo Berenguel insiste en esa última idea, “no es así, no es un equipo inferior, ni mucho menos y además urge subsanar los problemas propios”, si bien habrá algo a favor, como la apertura del partido al público. Fue de los primeros en compartirlo en sus propias redes sociales, pero aprovechando para realizar, a la vez, llamada a la responsabilidad general: “Por supuesto que sí; estamos haciendo un esfuerzo muy grande, el día a día es incómodo, pero es lo que toca, adaptarnos, estamos siendo muy responsables con los protocolos, desinfectar balones y banquillos y todo lo que se toca, cambio de zapatillas al entrar… todo lo que hay que hacer, así que mi llamamiento a la afición es que seamos responsables todos, no caer en relajación ni bajar la guardia, pecar por exceso y no por defecto”.
Dicho esto, confiesa la emoción que siente el equipo por poder tener a la gente en la grada: “Queríamos tener al público, el club fue cauto en un primer momento y no ha dado luz verde hasta tenerlo todo asegurado, y tenemos que seguir la línea de la Supercopa, en la que la gente se portó intachable”. Un mensaje rotundo, siempre “bajo el sentido de la responsabilidad”, es que “no se puede perder el respeto a este virus”, en el sentido de descuidar el cumplimiento de las normas establecidas. Si se contemplan escrupulosamente, no habrá ningún problema, dejando claro el míster que la ciudadanía puede depositar su confianza en el club y en la Diputación, puesto que se ha trabajado duro para que sea seguro asistir al voleibol del más alto nivel, lo que no ha sido posible en los últimos siete meses, desde aquel 28 de febrero de grato recuerdo por victoria por 3-1 sobre Teruel.
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