Antes de las 9 de la mañana de este jueves llegaba la noticia que nadie quería confirmar. La familia ‘carnal’ de Cristóbal Cebrián comunicaba a la familia ‘oval’ de este extraordinario ser humano y ejemplar rugbier su fallecimiento. Tras algo más de un mes luchando ‘en 22 propia’ para evitar que la muerte entrase en su zona de marca, con todos los hermanos que le ha dado este deporte, al que ha amado tanto, peleando a su lado en esa defensa definitiva, por un resquicio se coló la parca y logró el ensayo con el que cortaba el hilo de la ‘vida terrenal’ de todo un caballero. La tremenda dureza que golpea ese momento, acompasada por la satisfacción de haber dado todo, que solo el rugby lleva hasta el extremo al ser compartida hasta con los adversarios, se tornó orgullo y consuelo al tener claro que Cristóbal había ganado el partido de una vida plena y generosa.
Pero, además, a principios de la semana, en la Argentina, tierra de ‘hermanos’, también finalizó su lucha la madre de Lucas Melián, mujer admirable que en su vientre gestó el puro rugby que encarna el ‘8’ cruzado con orgullo de sus raíces y gratitud a quien tanto y todo le ha dado. Querido sin fisura alguna en Almería, arropado para minimizar miles de kilómetros que le separan de la despedida a su ‘Silvita’, Pocho quiso entrenar, y quiere jugar este domingo. Por si ese fuese ya poco castigo, el viernes apareció el crespón negro, sin palabras, que colgó Gustavo Caturano, otro argentino ‘conquistador’ de corazones almerienses muy lejos de su terruño. La tercera muerte de la semana para la gran familia rugbier de URA fue la de su padre, y este veterano, antes jugador del primer equipo, que siempre está para quien lo necesite, ahora que él lo necesita tiene a todos.
Tres dedicatorias al cielo, pase lo que pase, sea el resultado que sea, será lo único ‘seguro’ en el Juan Rojas este domingo, cuando se juegue para olvidar, y juegue para recordar. A nadie se le ocurre mejor manera de homenajear que ofreciendo un tributo al rugby que los ha unido, partido de gran carga emotiva, que además conlleva el honor que corresponde a abrir las puertas del templo, por vez primera, al CD Rugby Mairena. Debuta el club sevillano en División de Honor B y su visita al Juan Rojas es demostración de salud del rugby andaluz. La marcha impoluta como invicto de Unión Rugby Almería Playcar se queda a dos puntos de la perfección, porque sus dos primeras, frente a sendos grandes favoritos, no sumaron bonus ofensivo. Sí se completó la recompensa de cinco puntos en las dos siguientes, y se arroja un total de 18 sobre los 20 posibles. El liderato se tiene ahora en solitario, por encima de Málaga, con 16 puntos, y de Jaén Rugby, que ‘ya está aquí’, y Liceo Francés, ambos con 14. A esta jornada se le añade el interés del duelo directo entre malagueños y madrileños, lo que supone que URA Playcar puede abrir más su renta, siempre que gane.
Hasta ahora, el resto de números que completan la tabla le dice a los cruzados que rentabilizan muy bien sus ataques, ya que son sextos en la suma de tantos a favor, y que eso se basa en la magnífica defensa, siendo segundos en tantos en contra. De hecho, hay tres equipos con solo seis ensayos encajados, siendo uno Unión Rugby Almería Playcar, igualado con Jaén y Liceo. En el laboratorio de Hernán Quirelli se trabaja a pleno rendimiento para “un partido importante el domingo”. El técnico lo deja bien claro: “Sería contradictorio decir lo contrario al saber que todos los partidos para nosotros son así, lo hemos demostrado para lo bueno y para lo malo, y por más que Mairena no haya ganado aun y sea uno de los recién ascendidos, nos pasó una situación similar contra Majadahonda y nos superó durante cuarenta minutos”.
‘Falu’ da la orden directa de “entrar enfocados” mientras sostiene la de siempre de “no podemos relajarnos”. De cumplirse, “es cierto que pensamos en que no vamos a tener problemas en sacar un resultado positivo, pero de entrar de otro modo, dormidos o desconcentrados, se nos puede complicar el partido”, añade textualmente a sabiendas de la intrahistoria emotiva que envolverá todo. Así, la semana ha servido para “preparar a conciencia este encuentro, con algunos de los jugadores cansados y tocados, a los que vamos a intentar darle descanso o bien total o de algunos minutos, ya veremos cómo perfilamos el equipo”, dice, a la par que recuerda que “hay mucha gente que viene trabajando bien, que está al mismo nivel y que se merece jugar”. No solo le vale “un buen resultado”, sino que buscará, como cada fin de semana, “mejorar respecto al juego”.
El CD Rugby Mairena, que entró en la liga cuando ya estaba empezada, de un modo literal además por las exigencias de la COVID-19 y la estrechez de todos los calendarios a cruzar, no ha conseguido ganar todavía en División de Honor B. Cierra la clasificación del Grupo C, justo por detrás de Extremadura, uno de los firmes candidatos de siempre a estar arriba y que, con su comienzo, deja a las claras la complicación de la categoría. Así, su jornada 1 particular se jugó el 8 de noviembre, cayendo contra el que también era el debutante en este curso, Majadahonda, por un ajustadísimo 12-14. Antes, el 31 de octubre, si bien era la ‘jornada 2’, en el derbi sevillano cedió rotundamente, 56-10, con CAR Coanda. Su temporada se ‘normalizó’ en cuanto a fechas a la vuelta del primer parón, y ya en el ritmo de los demás, cayó por 51-12 contra Liceo Francés y 25-41 en propio feudo frente a Málaga, resultado con el que llega al Juan Rojas.
El señor Eduardo Cousillas repite en el Juan Rojas tras haber dirigido el primer partido de esta temporada, con victoria de Unión Rugby Almería Playcar frente a Jaén por 20-10. Respecto al curso pasado, pitó precisamente dos derbis más a URA, y en ambos los cruzados, siendo locales, lograron ganar, por 31-22 a CR Málaga y por 28-12 a CAR Coanda Sevilla. La historia de este colegiado en el estadio almeriense también suma una victoria ajustada por 31-30 contra el Alcobendas en la campaña 2018/2019, y hay que remontarse a la 2015/2016 y rememorar un momento histórico, el 25-27 en campo de Arquitectura, patada a palos en el 80 de Nacho de Luque desde la divisoria del terreno de juego, que entró y que dio el primer triunfo importante de su historia a los unionistas, en el año de su estreno en categoría nacional. Respecto a Mairena, ha tenido tiempo de dirigirle su debut en DHB, con la derrota mínima frente a Majadahonda.
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