Copa de Andalucía 2020, a escasos cuatro días del cambio de calendario, de esos que se cuelgan en la pared o se ponen sobre la mesa, habitualmente acompañados de fotos significativas. Augusto Renato Colito reaparece, con claros signos de fatiga, pero a su vez con la entereza que da la convicción. Sabe que tiene que sumar todos los ‘minutos de vuelo’ que pueda, que sus extraordinarias condiciones para el vóley han superado a una enfermedad que ya ha segado casi dos millones de vidas en el planeta, y que se lo puede y se lo debe tomar como un refuerzo para continuar por la senda que había emprendido. Si se mandara a imprenta un calendario dedicado al voleibol nacional, 2021 le reserva, y lo sabe, al menos dos meses. Febrero será el primero, por la Copa del Rey, del ‘Año Colito’, sin profecías ni interpretaciones del boticario Nostradamus. Será el momento de ‘atacar cima’ y ‘responder sin hablar’.
Y es que es, posiblemente, el jugador al que más presión externa se le ejerce, algo que, por su naturaleza, lleva hacia la vertiente positiva: “En las redes sociales pasa eso, siempre va a haber esa presión hacia los jugadores, y este año, al parecer, me ha tocado a mí; yo no le doy demasiada importancia en el sentir negativo, sino que intento estar bien día a día y demostrar lo que valgo, eso lo primero para mí mismo, sentirme bien, y luego que los demás juzguen como quieran”. Este mensaje no lleva implícito ningún tono ‘revanchista’, ni tampoco algún atisbo de rencor o de recelo, al contrario, no rompe su línea amable y educada de gran dialogador, expresando con facilidad su sentir de humildad y bondad. Así es Colito, que incluso bromea con ese ‘lenguaje futbolero’ que aparece en el vóley: “Ojalá cobrara como un futbolista -risas- y asumo que el opuesto es una posición muy importante”.
Va en ella la crítica, porque ocupándola se toma la responsabilidad de decidir en la mayor parte de partidos, “no sé si la gente se esperaba otra cosa, pero estoy yo y lo voy a dar todo”, añade, convencido del proyecto ahorrador: “Siempre he pensado que la progresión del equipo está ahí, el grupo ha mejorado muchísimo y nadie duda de que estamos cada día más ‘emparejados’ con los Teruel, Guaguas, Palma… por lo que todo puede pasar, y seguro que alguna ‘sorpresa’ daremos”. Unicaja Costa de Almería irá a por la Copa del Rey, por descontado, en un sistema de competición que le gusta y le motiva especialmente: “Es un formato muy especial, no te puedes permitir tener un día malo y todos los partidos son finales, tal cual, ya que cualquiera te puede echar en cualquier momento”.
Camino marcado para la duodécima, el inicio se producirá frente al club que marca la alternativa de los grandes de los años atrás, el Melilla Sport Capital: “Es un equipo que tiene jugadores con mucha calidad, que pueden marcar la diferencia, y siempre pelean con uñas y dientes cada punto, así que va a ser un rival muy duro”. Colito se queda con “Monfort y el opuesto (Martina)”, a los que considera “los jugadores que tiran del equipo”, pero insiste en la colectividad del cuadro norteafricano: “En general no se da un balón por pedido y siempre están pelando todo; eso te da un punto más de intensidad a la hora de afrontar los partidos con más fuerza”. No habrá que estar esperando algo más de un mes para medirse a los de Salim Abdelkader, ya que es el primer rival de los blanquiverdes en 2021, en el Javier Imbroda.
El opuesto internacional aprovechará los días que restan hasta el 10 de enero para reponerse del todo, pero su objetivo está marcado en un cien por cien para el 5 de febrero: “Colito estará al cien por cien, seguro; estamos todos un poco pensando en la Copa, pero primero, paso a paso y a aprovechar este nuevo arranque para tomar sensaciones y llegar lo mejor posible”. Una vez en el Centro Insular de Las Palmas de Gran Canaria, el que ganará seguro será el voleibol español, tal y como promete cuando valora los demás cruces: “Llama la atención el Palma – Manacor, que son los dos que están más cercanos entre si en la clasificación, principalmente, pero a su vez no hay ningún cruce fácil, todos los equipos juegan muy bien, el nivel de la liga ha subido muchísimo y a ver espectáculo, que es lo que se ve en la Copa”.
Haber pasado la COVID-19 se ha convertido en toda una experiencia vital, y con el triunfo sobre la enfermedad se agudiza la motivación de no dejar escapar nada: “Me encuentro bien, físicamente un poco mermado, pero lo normal al estar parado tanto tiempo, si bien marchando por el buen camino, con muchas ganas, y ahora que ya he vuelto, compruebo que la mente está al cien por cien, ‘dar todo’, me dice, pero el cuerpo te frena, ‘oye, que no estás todavía al cien por cien’, me dice”. Aplica a todo ello dos palabras “ganas e ilusión”, en concreto “por poder jugar de nuevo”, y haber disputado los tres sets de la Copa de Andalucía, de menos a más, ha supuesto un espaldarazo a su motivación postcoronavirus.
En la cabeza, imborrable, la experiencia: “Tuve la suerte de no tener síntomas muy agudos, solo tuve tres o cuatro días con fiebre, pero no muy alta; el cuerpo sí lo notaba pesado, que no respondía bien, y al final, como no te puedes mover mucho, tampoco te lo permite la enfermedad, cuesta volver, pero no fue algo muy fuerte, como para otras personas”. En ese sentido, una vez experimentado, incrementa su compromiso de concienciación, que ya mostró desde el inicio de la temporada: “A la sociedad le insisto en insisto en la prevención; mi caso vale de ejemplo, el equipo se hace pruebas, respeta las medidas, tenemos protocolo, tenemos conciencia de ello como grupo, pero al final en cualquier momento te puede pasar, no sabes cómo; que la gente se tome con cautela cada acción que haga, porque no tengo ni idea de cómo me he contagiado; de las papeletas era el que menos tenía, y me tocó a mí”.
Por supuesto que al efecto negativo sobre el físico se añade una gran preocupación, “se te pasan muchas cosas por la mente, porque no sabes si vas a tener secuelas de la enfermedad, si puedes volver realmente a estar al cien por cien…”, reconoce un Colito que tranquiliza a todos: “De momento todo va bien y estoy contento”. Así, una vez más insiste en que vuelve “con muchas ganas de cada día dar el máximo recuperar la plenitud física y poder ayudar al grupo”. Los días de Navidad en los que el descanso ha sido por vacaciones, y no como baja médica, también han mostrado su responsabilidad: “Poco podía hacer, estoy con mi pareja en Almería, y sí que los dos teníamos planes, pero tomamos la decisión, por precaución, de no llevarlos a cabo, así que hemos estado solos, en ‘nuestra familia’, por así decirlo, y tranquilos”
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