Desde el Rafael Florido hasta el Moisés Ruiz, pasando por el Palacio de los Juegos Mediterráneos y por todas y cada una de las pistas de los colegios en los que un tal Manolo Berenguel, adolescente, predicaba voleibol, esa ‘nueva’ religión a la que le había convertido ‘otro tal’ Moisés Ruiz, como a otros niños de su edad lo hacía don Pedro, ‘otro tal’ más, en el Madre de la Luz. El vóley almeriense se ha ido armando con ‘nombres propios’ desde la nada hasta la leyenda que representa a día de hoy la ‘pared del honor’ del Moisés Ruiz, con sus 29 banderas de otros tantos títulos en la historia del club, más un subcampeonato de Europa: “Eso sí tiene mérito, que un Fernando, un ‘Rubio’, un Parrado, un Alcaraz, un Berenguel, un ‘Flaco’, un Charly Carreño…, con Ernesto Rodríguez, Elgueta y Grazietti, y los Matheus y Prenafeta, que se hicieron aquí, llegaran a la final de Champions”. Lo aporta el actual técnico.
La historia
Es el primer recuerdo, y es que se quiere que haya muchos más, tantos como sea posible, en una semana en la que toca remontada frente a un gran rival. Así deberá ser si se quiere estar entre los cuatro primeros de la Superliga. Se piden anotaciones personales sobre las letras de oro que dejan constancia de la historia verde. Decía Carreño en 2009, antes de la última final four europea del club, con él mismo en el banquillo, que con el paso del tiempo fue consciente de lo que significó llegar a la final, vivir los nervios antes de saltar frente al Casa Módena de Giani, Cantagalli, Vullo, Cuminetti, Van de Goor y Mitkov, entre otros. Esos ‘locos’ desconocidos del sur de Europa contaban con el arropo extraordinario de una afición absolutamente entregada, la misma que ahora está ‘convocada’ para hacer los primeros puntos de esa remontada frente a Río Duero Soria desde las redes sociales.
Así, el club ha hecho un llamamiento a todo aquel que quiera reescribir con muchos más detalles, con sentimientos propios, una trayectoria de tres décadas ahorradoras que en España ha sido de un brillo inigualado hasta el momento. Unicaja Costa de Almería le pide al aficionado que recupere ese recuerdo más querido vinculado con el voleibol, con quién iba al pabellón, su jugador favorito, su adversario más temido, o más admirado, lo que hacía antes y después de ver los partidos de ese fenómeno social y deportivo que era el Unicaja de su época. No hace falta que sea de victorias, o de títulos, sino que hayan forjado su sentimiento, y que lo comparta en las redes sociales de la entidad verde. Se sabe que ahí es donde reside realmente el alma de un club, con el orgullo de ver que aquella Almería tenía proyección internacional y se hacía poco a poco tierra de voleibol. De este modo, se completará un mural como ‘obra de arte’ colectiva, la primera arma para, entre todos, los que podrán acceder al Moisés Ruiz y los que no, buscar darle la vuelta a la eliminatoria.
Ilusión por ganar
Se da por seguro el compromiso de dejarse la piel de la plantilla actual de jugadores, que no piensan en otra cosa que no sea ganar y ganar, dos veces, para después seguir ganado otras dos veces, y al final del todo hacerlo tres veces más. Es lo que hace falta para alzarse campeón, y pasar del riesgo de quedar quintos, que sería la posición con la que acabaría la temporada si se tropieza una vez más ante el buen Río Duero Soria. Fue la lograda en 1991, segundo año al máximo nivel, y desde ese año no se ha dejado de estar entre los cuatro primeros al final de la temporada. La Superliga 2020/2021 se ha dibujado con mucha igualdad, no obstante, y queda claro también en los playoffs, con tres de las cuatro eliminatorias teniendo por delante a los equipos peor clasificados, habiendo tomado ventaja sobre los mejor clasificados.
Esta es la trigésimo segunda temporada en la máxima categoría. Tras ser octavos el año del debut, y quintos en la 90/91, en la siguiente, tercera en la élite nacional, se fue cuarto, y desde entonces, por orden, segundo, tres veces tercero y, por fin, en la 96/97, primeros y campeones por primera vez (segundo título en el palmarés del club tras la Copa del Rey de 1995). Se repitió primero en la campaña siguiente, se tomó ‘aire’ siendo tercero por cuarta vez en la historia y se firmó la mejor racha de todos los tiempos de todos los equipos: seis campeonatos consecutivos desde 1999/2000 hasta 2004/05.
Golpe de efecto
Tocó de nuevo rehacerse, pero sin caer del tercero, antes de ser segundo otras seis veces consecutivas, regresando a lo más alto, novena liga, en la 2012/2013. La 13/14 dejó al equipo segundo y después se ganó dos veces seguidas, con el último título, undécimo, formando parte del triplete en la 2015/2016.
En los últimos años se jugó siempre la final, siendo segundo tres veces y quedando en el aire el playoff de la temporada pasada, en la que como mínimo, habiendo sido campeón de la fase regular, se habría logrado otra tercera plaza. En la lectura de todo ese año tras año sin jamás bajar de tan alto nivel cabe destacar el hecho de que, de 29, se han jugado 22 finales, las últimas 13 de manera consecutiva.
Ahora, en marzo de 2021, el escollo se llama Río Duero Soria, que fue mejor en el primer partido de la eliminatoria, lo que no hace perder de vista que solo se trata de eso, de una derrota que tiene solución si se juega como se sabe, si se le pone el carácter que exige un rival que ha llegado absolutamente lanzado, con mérito, y que no tiene ninguna duda de poder alcanzar las semifinales. Tampoco las hay en los verdes, ni en su afición, que participará bien en vivo en el pabellón, o bien a través de las redes sociales, con sus comentarios, en superar el reto.
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