El segundo proyecto de Turki en grave peligro

No es lo mismo ser gracioso que caer en gracia. Este castizo refrán viene como anillo al dedo para definir la situación de José Gomes en Almería.

No sé si el entrenador del Almería es un hombre gracioso, pero lo que innegable es que ha caído en gracia entre la mayoría de los medios e incluso entre los máximos responsables de la entidad almeriense.

A falta de ocho jornadas para que la fase regular de la Liga alcance el final, el Almería se encuentra atravesando uno de los peores momentos de la temporada. En los últimos seis partidos sólo ha sumado cinco puntos sobre 18 lo que le coloca entre los peores de la categoría.

Lo más preocupante es que los malos resultados vienen acompañados de peores sensaciones. El sistema que aplica José Gomes en el Almería está lejos de ser el que mejor le va al equipo y es uno de los menos utilizados en la categoría. El 4-2-3-1 está dejando fuera de combate a los medios centros, obligados a jugar en inferioridad. Minimiza el poder ofensivo de los laterales para no dejar espacios a su espalda. Deja más sólo que la una a Sadiq ante dos o tres adversarios. Siembra el desconcierto entre los tres medios centros, que naufragan en tierra de nadie, como demuestra que tienen que ser cambiados en casi todos los partidos.

Nosotros desde los medios ni quitamos ni ponemos rey, no es nuestro cometido, pero me extraña que en el seno del club no se produzca ningún tipo de reacción ante la alarmante baja forma del equipo.

¿Porqué no se cambia de dibujo?

¿Porqué no se aprovecha el tener en el plantel dos delanteros de primer nivel como Sadiq y Villar haciéndoles jugar juntos?

Desde fuera da la impresión de que Turki y Mohamed, máximos dirigentes de la entidad, no han llamado a capítulo al técnico para conocer las razones que llevan al equipo a ser previsible, vulnerable y escasamente efectivo.

En cualquier caso considero que la cúpula directiva del Almería no puede dejar que el equipo se hunda. En estos momentos ha dicho prácticamente adiós al ascenso directo, tiene la tercera plaza en riesgo y no ofrece ningún tipo de garantía afrontar las eliminatorias de ascenso.

Nuestro presidente es una persona ganadora y es por ello por lo que está obligado a tomar las medidas precisas para enderezar el rumbo.

Tras perder en Zaragoza sólo las matemáticas permitñen dejar opciones al Almería de lucha por el ascenso directo y de sobra es sabido que cuando hay que recurrir a la ciencia exacta el panorama es negro.

Tengo malas vibraciones y con ellas el temor de que fracaso el segundo proyecto de Turki, como sucedió la campaña pasada, si el presidente no acierta con las medidas a tomar.

Una gran parte de la afición está desencantada, pero su deseo, como el mio propio es que el drama actual tenga un final feliz en junio. Amén.