Mirandés 1-1 UDA: Un Almería en el camino de la tristeza

Una UD Almería preocupante, triste, sin chispa. Más allá de que el ascenso directo se ha escapado, que ha sido un golpe para el vestuario, no se puede ganar un partido como el de Miranda de Ebro con este fútbol. José Gomes tiró de cambio de sistema y agitó la coctelera para dar un carpetazo a la crisis que todavía no llega. Solo siete puntos en ocho jornadas es una crisis de camión en un club como el rojiblanco, que quiere ser de Primera, pero en Anduva el equipo no tuvo mensaje. 

No se pueden discutir las ganas, porque eso va en el ADN de un deportista profesional, pero a la hora de desarrollar el trabajo de la semana con el fin de llevar la pelota a la meta rival, ahí los problemas son evidentes. La salida no es limpia, hombres clave como Morlanes aparentan estar incómodos en el campo y Sadiq pelea sin éxito en su isla. 

Grave
Gomes metió a tres centrales y dos carrileros, pero el 1-0 del Mirandés vuelve a dejar en evidencia al sistema defensivo, no a los defensas, sino a los once de campo. Un central, llamado Juan Berrocal, remató en boca de gol completamente solo. Solo un minuto antes Maras había perdonado en un corner ante Lizoain.

Si el Almería, que no está bien en el plano anímico, encaja un gol de este calibre, el mazado duele el doble. A pesar de ello, había que reaccionar y empatar. Robertone botó un saque de esquina, Maras remató a la mano de Martínez y el colegiado pitó penalti. Corpas no falló y situó el 1-1. El descanso vino bien, con cambios; entrando Villar y Lazo para volver al sistema habitual. Dio síntomas de recuperación el Almería, generando llegadas con peligro -el propio Corpas disparó a las manos de Lizoain en la más clara-, pero resultó ser un espejismo. El Mirandés fue creciendo, controló la posesión en varias fases y el Almería, a golpe de individualismos, iba a por un triunfo que siempre se vio lejos. ¿Quién se jugaba la tercera plaza y salir del bache?, a tenor del partido no parecía el Almería. 

Problemas
Gomes se fue satisfecho con el esfuerzo de los jugadores, si bien con eso no va a llegar para un ascenso a Primera. La afición busca a ese Almería que enamoraba, incluso con alguna derrota de por medio, con un fútbol de vértigo, alegre, con sus hombres pasándoselo bien sobre el campo. Actualmente, las caras reflejan el nerviosismo natural de una crisis de resultados e incluso de identidad. El Mirandés es un equipo rocoso, Anduva un campo difícil, aunque a este Almería se le debe exigir muchísimo más si quiere conseguir el objetivo.

El entrenador confía en su plantilla, nada ha cambiado desde el primer día, pero la racha es tan negativa que hay más motivos para estar preocupados que para ilusionarse. Siempre dio la sensación de que el Mirandés lo tenía todo bajo control, que se divertía más en el campo. No se discute en ningún instante la calidad, el esfuerzo o el sacrificio rojiblanco, aunque solo con eso no va a alcanzar. Que el Almería sonría y sorprenda a los rivales dará otro aire para un Play Off que parece seguro, al menos virtualmente.

En época de bonanza se pedía continuidad, estirar la buena dinámica, y ahora hacen falta soluciones. Así será imposible subir. Quedan seis jornadas de Liga.