Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 encaran su ecuador con sensaciones encontradas si nos centramos en el papel de la delegación española. El inicio fulgurante con una medalla el primer día puso el listón muy alto de cara a las siguientes jornadas en las que el resultado no fue igual. La sensación progresiva de decepción se apoderó de parte de la afición española cuando solamente fueron dos los metales que sumó España en seis días.
Echando la vista atrás con las últimas citas olímpicas de Pekín, Londres y Río de Janeiro se establece una comparativa en la que sale muy bien parada la delegación española. En el primer tramo de los tres últimos Juegos se registraron iguales o peores cifras de las que constan actualmente nuestros deportistas. Sidney 2000 (4), Pekín 2008 (3), Londres 2012 (3) y Río de Janeiro (5). Solamente Atenas 2004, con 7 metales hasta el ecuador de la competición, superan este registro de Tokio 2020.
Si la comparación la hacemos con Barcelona 1992 o Atlanta 1996, los resultados serían algo peores, ya que en la primera de esos Juegos se registraron 10 y 8 medallas, respectivamente. Sin embargo, la época es diferente y la actualidad del deporte olímpico español plantea un escenario mucho menos negativo y pesimista del que se intuía hasta este noveno día de competición.
La primera semana, históricamente y tal y como apuntan los datos, se le da peor a los españoles que el segundo tramo de la cita olímpica. Tiene su explicación, ya que los deportes de equipo se resuelven en su totalidad en los últimos días, así como el piragüismo sprint o la natación sincronizada o la vela, los deportes más laureados para el deporte español.
Los buenos inicios son malos finales
En la última década solamente en dos Juegos Olímpicos las sensaciones fueron especialmente amargas para el deporte español. Coincidieron justamente con los dos mejores inicios en citas olímpicas de la última década como Sidney 2000 y Río de Janeiro 2016.
Los malos resultados en 2000 y 2016 con inicios fulgurantes se distancian mucho del balance de Atenas 2004 donde el rendimiento fue muy parecido al actual, con con dos platas (María Quintanal en tiro y Paquillo Fernández en 20 kilómetros marcha) y un bronce (José Luis Abajo 'Pirri' en esgrima) en la primera semana, para firmar un meteórico despegue en el ecuador de la competición con hasta cuatro medallas y registrar un total de 19 metales en el final de esos Juegos.
Con estos datos, Tokio 2020 invita al optimismo. Las grandes sensaciones que nos dejaron las dos medallas en una misma jornada se suman al gran rendimiento de casi la totalidad de nuestros equipos: baloncesto, fútbol, waterpolo y balonmano están firmando una actuación notable que invita a la esperanza. El objetivo de Barcelona 1992 es lejano, sin embargo si la mirada se centra en Atenas 2004, se puede soñar con la segunda mejor actuación del deporte olímpico español.
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