Teresa Portela, la piragüista gallega de 39 años, ha logrado la medalla de plata tras un emocionante final en la que hizo falta la foto finish. En sus sextos Juegos Olímpicos representando a España, nadie ha participado en más que ella, ha logrado el ansiado metal después de que tuviesen que decidirse las tres primeras posiciones por los jueces en una repetición. Esta es una recompensa muy merecida tras un sexto, dos quintos y un cuarto puesto en las pasadas citas olímpicas. Es la octava medalla para la delegación española en Tokio 2020.
La medalla de oro fue para la neozelandesa Lisa Carrington y la plata se la llevó la española en un reñidísimo final que invadió de emoción el final de esta competición, el bronce finalmente fue para la representante danesa.
Las sensaciones eran muy buenas
El sufrimiento en las semifinales con un sprint muy competido y de gran dificultad para la canguesa, en el que se batió el récord olímpico, tuvo su recompensa en la gran final a la que accedió con el cuarto mejor tiempo en una serie muy disputada. Por una milésima llegó a la gran final y la recompensa no pudo ser mejor para la gallega. Se reflejó en la emoción contenida de su marido en la antena del Carrusel Olímpico con Álvaro Benito.
Las sensaciones eran muy buenas desde ayer, cuando superó la primera y segunda ronda sin ningún tipo de dificultad, animando a los aficionados españoles en la madrugada para despertarse y ver su prueba. La recompensa no ha podido ser mayor y este bronce sabe a oro, ya que Saúl Craviotto, entre otros, deslizó el nombre de Teresa Portela en El Larguero como la de la deportista que tenía más ganas de ver subida al cajón de unos Juegos Olímpicos y así ha sido.
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