Se ha disputado el Mundial de Natación Paralímpica en Madeira (Portugal), y Almería ha dado la vuelta al planeta con el impresionante debut de Anastasiya Dmytriv, que con solo 13 años ha subido a lo más alto del podio y ha conquistado también grandes resultados en mixto.
🥇en 100 braza SB8.
🥈en 4x100 estilos mixto. El cuarteto estuvo formado por Íñigo Llopis, Tasy Dmytriv, José Antonio Marí y Sarai Gascón.
🥉en 200 estilos SB9.
Pertenece al Mare Nostrum y pese a su corta edad ya se ha proclamado campeona del mundo. Ejidense, llegó procedente de Ucrania con poco más de 2 años. Empezó a nadar por recomendación médica al nacer si el antebrazo derecho. En los cursillos de natación destacó desde el principio por su capacidad de deslizarse en el agua y la de aprendizaje.
Al empezar a doblar a sus compañeros por el nivel que estaba cogiendo, su entrenadora, Patricia Prieto Polonio, se puso manos a la obra para explotar sus magníficas cualidades para el H2o (hoy Mare Nostrum), e ir bajando los tiempos en el agua.
La entrenadora
Patri cuenta de ella que "sorprende por su inteligencia y madurez deportiva, la capacidad que tiene para interpretar un entrenamiento, en saber qué se le está pidiendo y, sobre todo, la solución motriz que es capaz de dar. También por su hambre competitiva y su versatilidad, la polivalencia en muchos estilos y pruebas".
Marca para los Juegos
El año pasado emergió con marcas al nivel de las mejores, incluso logró la mínima para los Juegos de Tokio, a los que no pudo acudir porque no disponía de la nacionalidad. Tasy llegaba a la piscina Penteada de Madeira con la mejor marca del año en 100 braza pero por la mañana la veterana campeona paralímpica Ellen Keane (Irlanda) le había ganado por 10 centésimas.
La prueba
Tasy llegó al puesto de salida en esas condiciones. Su sonrisa, sus nervios de acero presagiaban algún acontecimiento con grandeza. Se tiró con la irlandesa a la par y al llegar a los primeros 50 metros se había unido a la fiesta la canadiense Katarina Roxon. El el viraje, Tasy salió más lejos que ninguna en el nado subacuático y aguantó hasta el final. Aumentó la frecuencia de sus ciclos de brazada resultando inalcanzable tanto para la irlandesa como la canadiense, bronce al final. Extenuada, Tasy se quitó su gorro y sus gafas y en su rostro volvió a aparecer su sonrisa infantil, ya de oro mundial.
Patricia Prieto Polonio, entrenadora: "La estrategia era seguir con la irlandesa hasta el último 25 y atacar entonces, pero por su edad y arrojo, atacó cuando llegó al primer 50. Por suerte salió todo bien".
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