El Club Voleibol Unicaja Costa de Almería y Charly Carreño vuelven a cruzar sus caminos después de un largo periodo en el que los lazos emotivos entre ambos, no obstante, no se han visto cortados en ningún momento. El técnico almeriense, uno de los más grandes mitos de la entidad ahorradora, será el primer entrenador la próxima temporada y tendrá además el encargo de afianzar más las bases del proyecto verde de futuro, algo sobre lo que ha habido un total entendimiento y que ha supuesto la piedra angular del acuerdo. A muy pocos días de cumplir los 50 años, de nuevo en casa “con ganas de volver y trabajar”.
Salió del Moisés Ruiz en 2011 para “dar vueltas por el mundo, literal”. Su inicio en plantilla profesional como jugador llegó en el año olímpico de 1992 de la mano de Antonino Conti, que lo retuvo en su tierra al ver muy claro su tremendo potencial. El argentino le dio poco a poco participación y Carlos Carreño Cejudo (Almería, 19 de abril de 1973) respondió a lo grande convirtiéndose en uno de los mejores centrales españoles de todos los tiempos. Toda una vida deportiva en verde, excepto un pequeño paréntesis de una temporada en Vecindario, se retiró en 2006 para ser, de seguido, entrenador asistente de Óscar Novillo.
En la campaña 2008/2009 llegó a primer entrenador, el técnico número once de una lista iniciada por Moisés Ruiz y que, por ahora, tiene doce nombres distintos. Es el tercero que repite en periodos distintos después de Áxel Mondi y de Piero Molducci, y lo hace en su mejor momento: “Estos doce años han supuesto aprendizaje; cada año aprendes, y si lo haces en países diferentes, con gentes y culturas diferentes, se aprende mucho más”. A Almería siguieron Madrid, Logroño, Teruel, Suiza, Arabia Saudí, Portugal y Lugo, ya de vuelta a España y, entre medias, selección española sub-17. Etapas con llegada a meta.
Ha podido coger lo mejor de “cómo se trabaja en otros clubes y países”, además de las personas: “Hace poco hice una charla en Lugo para entrenadores de fútbol y al prepararla anoté todas las nacionalidades de los jugadores que había tenido y me salían casi treinta; cada uno tiene su cultura deportiva, y compartirla con ellos ha sido muy enriquecedor; es lo que meto en mi mochila y lo que uso en el día a día”. Su metodología de entrenamiento es reconocida y reconocible, “de cómo salí a cómo vuelvo tengo una mochila cargada de muchas cosas”, ha confesado de modo textual: “Misma pasión, más ganas de trabajar”.
Trotamundos
Y sí, la pasión de Carreño por este deporte hace que le dedique muchísimas horas al día, un día tras otro, justo lo necesario para crear “un proyecto muy nuevo, diferente”, del que se irán desvelando detalles en las próximas semanas y sobre el que ya está volcado. Por ahora, el momento de su firma, que tiene un peso emocional importante de reencuentro con la afición: “En las primeras listas en las que aparezco son las de Cajalmería; tenía 13 o 14 años cuando el equipo ascendió y entrenaba con ellos algunas veces; nací aquí y me he criado aquí, y siempre he tenido el corazón verde, con alguna línea de otro color”.
Su paso por otros equipos, “azul, naranja…”, son “experiencias que he tenido y que no quiero olvidar, el haber pasado por Logroño, o por Teruel, o por Suiza, o por Oporto… los clubes en los que he estado son parte de mí y me he entregado tanto que sí han pintado líneas, pero el fondo de mi corazón es verde”. Un ‘hijo’ más de Moisés Ruiz, “nos empujó a todos”, no atendió una oferta para irse a Gijón tras realizar la preparación olímpica: “Me sentó Antonino y me dijo que podía ser importante, que podía crecer por el tipo de equipo que había”. Así, de canterano a profesional, y después banquillo, dos décadas y media.
Finalizó esa continuidad siendo el entrenador que logró meter al equipo en su última final four europea, de la CEV en concreto, en Atenas. Ser un mito de la casa ahorradora podría suponer presión, “hay pocas cosas que no pesen en Almería, aquí pesa todo”, pero hay que entenderlo de otra manera: “Si has crecido aquí es imposible no estar habituado”. Es más, Charly lo explica desde su perspectiva particular: “Soy parte del peso, partícipe de esos títulos, para que cuando alguien se ponga la camiseta o se siente en el banquillo, note ese peso del club, pero los que somos parte sabemos llevarlo, tratarlo y trabajarlo”.
El entendimiento con la directiva ha sido sencillo: “Al empezar a hablar me han trasmitido que quieren un proyecto, ellos no quieren un equipo para el año que viene, así que tienen una idea del club que coincide con la mía”. Horizonte “de dos, tres o cuatro años”, pero sin renunciar a nada por el camino. Ha desvelado que será “un proyecto competitivo, muy competitivo”, para el que se añadirá la misión de hacer crecer al club. En definitiva, “debe haber una filosofía de cómo hacer las cosas, que la hay, y luego la persona que la lleve a cabo, que soy yo, esté en la misma línea y no se quede en la mesa de un despacho”.
Carreño lo tiene claro: “Ofrecer al club un proyecto para el futuro, pero pensando en que el año que viene hay que luchar por todo”. Esas palabras del técnico almeriense resumen lo que Unicaja Costa de Almería necesita, como ha reconocido Antonio Rodríguez: “Nada más comenzar las conversaciones hemos podido comprobar que compartimos la misma idea, que es lo más importante”. El presidente ahorrador ha recordado que “como entidad histórica el club está obligado a dar el máximo rendimiento y a luchar arriba del todo, pero a su vez necesita una evolución que Charly representa”. Es el perfil idóneo, “trabajador, en constante crecimiento profesional, que conoce la casa a la perfección, con muchísima experiencia…”, y suya será la responsabilidad de formar el proyecto: “Como hasta ahora ha sido, el entrenador es el que confecciona la plantilla y confiamos en su criterio”.
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