Me doy por ‘regañado’ de antemano al escribir esto y no citar los nombres de todos los que lo hicieron posible. Me lo recuerda siempre Miguel Moreno y se me olvida mucho más. Al final va a tener razón Javier Frutos cuando dice que “el Tony es un futbolero”. Qué le vamos a hacer. Los que somos del Europa nos podemos tomar ciertas libertades porque cada uno lleva un Europa en el alma y el mío me llegó por José Antonio Segura ‘El Sargento’, y aquí seguimos dando vueltas a todo lo que hoy disfrutan nuestros hijos y nietos mirando a Miguel Moreno y a Rafael Mezquita como un par de chavales, por muchos años que pasen.
El final
Sabe Miguel que tengo poca vida social (por no decir ninguna) pero cuando los jueves por la tarde bajo la calle Granada y paso la Escuela de Maestría, le busco por la parada del autobús junto a su Barrio de San Félix para abrazarle.
Nunca le he dicho lo agradecido que le estoy. Ni a él ni a su media naranja: Rafael Mezquita. Ellos, como yo, no nos paramos a mirar lo realizado cuando nos metemos en otra, y otra, y así... porque cuando veo a Miguel me fluyen los recuerdos y sus sabios consejos de hombre bueno. Hoy dirige a los veteranos del Europa porque lo hace feliz, y mantiene ese contacto que necesita con sus niños del ayer para seguir siendo Miguel Moreno: don Miguel.
El comienzo
Yo había jugado a balonmano con don Rafael Florido en la Escuela de Maestría: pero solo para subir nota. No me gustaba ni de pivote, ni de lateral: ni en primera ni en segunda línea. Cuando comencé a subir al Colegio Europa para ver los partidos con un frío que pelaba: allí estaba Miguel.
Se notaba quién era. Uno acostumbrado al fútbol con un rosario de ‘tacos’ y ese ganar como sea, veía la forma de transmitir la táctica a unos ‘niños’ con más cuerpo que años, que se les notaba importantes. Y ese ha sido el gran secreto de Miguel Moreno y Rafael Mezquita: hacían importantes a todos los que les rodeaban. Fue la clave de su éxito y ellos lo saben. Y si alguien no lo sabe que vaya tomando nota.
Su gran obra
Todo lo que uno sabe de balonmano se lo ha enseñado Miguel. Que tras crear una Escuela premiada a nivel nacional: la del Colegio Europa, se puso a luchar por el deporte de base con la colaboración de Unicaja Almería. Tuvo claro lo que quería y como hacerlo. Pidió a la Caja primero y a los políticos después: dinero fresco para deporte y educación. Hoy se agradece.
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