Miguel Jódar, un futbolista adelantado

Era un elegido para triunfar, pero la vida le golpeó fuerte

Miguel Jódar, el primero agachado a la izquierda.
Miguel Jódar, el primero agachado a la izquierda. Pepe Cazorla
Pepe Cazorla
21:02 • 21 oct. 2024

De las veces que en mis casi 40 años de locutor deportivo por esos campos de Dios he conocido a muchos aficionados, entre ellos, a gente mayor que vieron en su día aquel mítico equipo del CD Trafalgar de Adra de los inicios de 1950. Muchos de ellos, sobre todo de la capital almeriense, coincidían en decir que el mejor futbolista que habían visto, y de largo, lo tenían los abderitanos.



Ese había sido Miguel Jódar. Cuando entró en las filas del titular le apodaron cariñosamente el 'Benjamín' del Trafalgar. Era el de más corta edad del vestuario y cuando saltaba al terreno de juego lo hacía para no defraudar a nadie. Y cuando esto lo creaba y lo lograba, salía satisfecho. Su hábitat habitual era jugar en la posición de extremo derecho. Una exhibición suya frente al Almería B al que vencieron por 8-1 con cuatro dianas del propio Jódar, hicieron poner las miradas sobre el del propio Atlético Almería.



Una carrera frenada



Fue un día muy triste para Adra. El equipo, que había conquistado recién el Campeonato Regional, aceptaba el ofrecimiento del Atlético Almería para un encuentro amistoso y que valdría así mismo de homenaje a los abderitanos en el Estadio La Falange. Los capitalinos fueron superiores por su categoría de Tercera División y también en el marcador final por 4-0.



En la noche de aquel domingo del 12 de junio de 1955, cuando los jugadores del equipo de fútbol del Trafalgar de Adra, regresaban tras terminar el encuentro que habían sostenido, al llegar a las proximidades del Ejido, sufrieron un grave accidente. Un camión, que avanzaba en sentido contrario, dio un violento topetazo al autobús, produciendo daños de importancia en la carrocería. Los muchachos que iban algo cansados, se habían quedado adormilados. Entre ellos, Miguel Jódar Sánchez, de 18 años de edad, que reposaba sobre el brazo izquierdo, que descansaba en la ventanilla. El camión le destrozó el brazo, que quedó manando abundante sangre.



Con la sorpresa y la angustia consiguientes por parte de todos cuantos viajaban con él, fue, trasladado en un automóvil rápidamente a un sanatorio de la capital donde hubo de procederse a la amputación del brazo. Su estado fue calificado de grave teniéndole que realizar una trasfusión sanguínea de urgencia que el tenaz Manolo 'Arabí', portero del Trafalgar que también viajaba en el autobús, se encargaría de realizarla salvándole la vida, gracias también, a que en un principio pudo cortar la hemorragia después de ponerle un torniquete.



El suceso despertó entre el vecindario de Adra el más vivo y hondo dolor, pues Jódar gozaba aquí de generales simpatías, por su carácter sencillo y bueno y por su gran espíritu de trabajo. Como futbolista se le quería y admiraba, y en el pueblo tenían todos puestas las mejores esperanzas en sus actuaciones, en su amor propio y en su entusiasmo.



Por su parte, el Atlético Almería se puso a la entera disposición de la Directiva del Trafalgar de Adra para realizar un partido en homenaje en beneficio del malogrado futbolista. Se presentaría un impresionante llenazo en el campo, al mismo tiempo de un verdadero acontecimiento deportivo que daría por resultado con el desplazamiento de cientos de capitalinos que no querían perderse la cita para dar sus muestras del cariño y afecto a Miguel Jódar.


Solo dos temporadas pudo realizar con el equipo representativo de la localidad después de dejar una cátedra de fútbol por los campos almerienses, haciendo fácil lo imposible, para el resto de mortales. El bullicio que imperaba cada domingo en el campo de Fútbol del Frente de Juventudes (Patio del Colegio San Fernando) era su banda sonora.


Quienes le vieron, decían que podía regatear en una baldosa con una facilidad y habilidad impropia a su edad. Volvía locos a los aficionados con sus acciones y galopadas por banda provocándoles la mejor sintonía en sus almas. Se iba de sus rivales con una velocidad y movimiento de caderas que los dejaba por los suelos uno tras otro y al grito de la afición: ¡Agua de la Ramblilla!


Sus ojos, veían el fútbol por entonces como pocos, y su pie lo ejecutaba como los grandes extremos de este deporte. Era un adelantado o quizás un elegido para triunfar, pero como otros tantos, la vida le golpeó fuerte.


Colgadas las botas y después de alguna temporada en el FC Ciclón de Balerma y Once Leones FC, se atrevió incluso a pitar partidos de fútbol federado, fue juez de línea o dirigir desde el banquillo como entrenador. Tenía esa condición de hombre humilde, servicial, de leyenda marcada a fuego hasta para ser incluso tesorero del Adra CF.


Con su ejemplo, inculcó a muchas generaciones de chavales del Adra (yo, entre ellos) de lo que es amar a un club. Cuando mis padres llegaron a Adra yo contaba apenas con tres años. Mi madre andaba preocupada por sus hijos al no saber cómo podría colocarlos en los Colegios. Mientras se lo explicaba a Miguel Jódar esté, que se encontraba junto a Francisco Toledano, le dijo, que a la mañana siguiente estarían todos en sus aulas. Dicho y hecho. Miguel Jódar Sánchez, 'Miguelillo' como le decíamos en Adra, nos dejó hace unos años, pero falto de su brazo izquierdo, aun le quedaba el derecho para seguir abrazando a los que sintieron su desgracia y tuvo un gran corazón para agradecer cuanto por él hicimos.



Temas relacionados

para ti

en destaque