A un Almería muy frágil lo vuelve a condenar la falta de oxígeno

No ha debido ser fácil para los seguidores rojiblancos asimilar el mazazo que su equipo volvió a asestarles en la prolongación de su duelo en el Sánchez Pizjuán, pero en la misma medida que desagradable y desalentadora, la pérdida de un punto en el descuento podía entrar dentro de lo posible teniendo en cuenta los antecedentes del equipo en la presente campaña, el miedo a perder de los pupilos de Francisco y las alarmantes muestras de agotamiento que mostraron la casi totalidad de jugadores almerienses.

Al menos desde fuera me dio la impresión que el objetivo de Francisco con los cambios que realizó en el segundo periodo no era defender a ultranza el punto que hasta momento tenían conseguido, sino más bien como una consecuencia de las muestras de agotamiento de los jugadores sustituidos. Lo que más me sorprendió es que en el tramo final de encuentro, es decir, a partir del 60’, como viene siendo tradicional en este Almería, el cansancio de los jugadores almerienses fuera superior al de los locales. Y me sorprendió desagradablemente porque el Sevilla, sin hacer rotaciones, venía de jugar el jueves, es decir, con un margen de menos de 72 horas, un partido de competición europea, mientras que los de Francisco habían tenido ocho días para prepararse para este duelo en Nervión, aunque de los ocho sólo entrenaron en cuatro, martes, miércoles, jueves y sábado, ya que el viernes estuvieron en la piscina y jugando al pádel.

A la finalización del partido el propio Alfonso García ponía el dedo en la yaga, “en el tramo final del partido no podíamos ni con las botas”, señaló.  Antes de que el físico pasara factura al rendimiento del equipo, éste había vuelto a mostrarse tan frágil como siempre en defensa, aunque en esta oportunidad su rival no le fuera a la zaga a la hora de dar facilidades.
Ceder 11 córner en los primeros 45 minutos son la mejor prueba del agobio al que se vio sometido el Almería por un Sevilla tan superable como 15 días antes lo había sido el Málaga. Así las cosas la única realidad incontestable es que este Almería no funciona, que algo o mucho se debe de estar haciendo mal y que seguir creyendo en un proyecto que no da puntos se nos hace cada día más complicado y difícil a todos.