El Almería se cargó la quiniela, bajó al líder a la tierra, y derramó alegría

La que se ha liado con el árbitro del sábado. La que se ha montado a nivel nacional con Teixeira y la que está cayendo por una victoria honrada que ha derramado alegría por toda la provincia de Almería. Hacía tiempo que no me emocionaba tanto en la radio y tardé en pillar el sueño tras el brillante partido del Almería. Me emocionó ver el estado de locura en el Mediterráneo que tantas veces yo viví en el Franco Navarro con la Agrupación Deportiva Almería.
Cuando me levanté el domingo feliz y me puse a trabajar me topé con los titulares de la prensa nacional y me di cuenta que algo no hicimos bien en este bello rincón del sur. Ya viendo el AS y el Marca comprendí que habíamos roto un plato en Almería. A quién se le ocurre, Francisco, ¿cómo cometer tal osadía? tratándose del equipo líder de Primera; del equipo de moda en Europa y del Cholismo que se ha declarado en este país.
El domingo me pregunté a solas en el estudio de la Cadena SER si estaba yo en lo cierto o me había equivocado. Volví a ver el resumen del partido buscando los paradones de Esteban: no los había. Miré los tiros al palo de Diego Costa y: no había ninguno. Y cuando buscaba tantos penaltis no señalados solo veía dos y uno era a favor del Almería por mano de Juanfran. Es cierto que se equivoca Teixeira en el penalti, pero ya ganaba el Almería por uno a cero y del doble palo de Aleix Vidal nadie hablaba.
Jamás cuestionaré esta profesión a la que llegue para servirla pero no puedo evitar mi vena rojiblanca y mi condición de almeriense para pedir un respeto a cada gota de sudor de esos profesionales. A cada minuto de ilusión de aquellos que fueron a pasar frío a las diez de la noche y, sobre todo, al trabajo táctico y psicológico de un entrenador de Almería que debuta en la Primera División y está sacando todo el partido a una plantilla que sale menos en los periódicos pero sabe bien de que va esto del fútbol.
Los pecados del Almería el pasado sábado fueron muchos. Se cargó las apuestas. Rompió muchas quinielas. Quitó de líder al Atléti y, enseñó a Simeone que aquí también sabemos reir cuando marcamos un gol: pero reímos con el corazón. Hubo que cambiar portadas y titulares, igual la victoria vendía más periódicos pero un respeto a un triunfo legal.