José Sepulcre Fuentes, su padre, fue presidente en la temporada del penúltimo ascenso a Primera División y usted ha finalizado el camino que él no pudo concluir. ¿Era algo personal?
—Es posible. Mi padre me inculcó el amor y la pasión por estos colores y por el fútbol. Para mí, ha sido y es un referente. Tomar su relevo para culminar el trabajo que él inició no ha sido solo un reto sino también un tremendo orgullo.
—¿En qué ha cambiado su vida durante este tiempo?
—Mucho. Me he volcado con el fútbol y eso le ha quitado tiempo a mi familia y a mis negocios.
—Su labor como presidente, ¿beneficia o perjudica a sus empresas?
—Nosotros no somos profesionales del fútbol. Por un lado, te perjudica porque resta atención a tu profesión. Hay actividades que requieren más dedicación que otras. Tengo suerte que a los míos (energías renovables) no necesito dedicarles tanto tiempo porque son de inversión.
—¿Por qué transmite esa imagen de serio cuando en realidad es una persona afable y bromista?
—No soy una persona distante. Me gusta tener buena relación con la gente y me considero cercano. A veces, la responsabilidad y las preocupaciones hacen que transmitas esa imagen de seriedad, que es muy diferente a cuando estás con los amigos o la familia.
—Si es tan duro, ¿por qué se aferran al cargo y les cuesta dejarlo?
—La vida es dura y no por ello uno renuncia a ella. Ser presidente representa un éxito personal que reconforta. Si fuese fácil, cualquiera podría estar en este puesto.
—¿Cómo es un día en la vida de José Sepulcre?
—Me despierto siempre a las 7:00 horas. Desayuno fuera de casa, antes de ir al despacho, y leo la prensa. Suelo ir al estadio a diario. Me preocupo de todos los problemas del club. Cuando no trabajo, me gusta estar con mi familia y salir a navegar para estar cerca del mar.
—Si el barco de pesca que tenía Bernabéu en Santa Pola se llamaba La Saeta (antes de cambiarle el nombre a Marizapalo) el de Sepulcre se llama…
—Manate, por mi mujer y mi hija (se llaman Mariate y es como su hija de pequeña lo pronunciaba). Yo no pienso cambiarle el nombre, aunque lo tengo en el mismo puerto que lo tenía Santiago Bernabéu.
—Es patrón de barco, una de sus pasiones, y del Elche. Cuando se subió por primera vez a la nave franjiverde, ¿a qué puerto se dirigía?
—Si lo hubiese pensado, quizás no habría zarpado. Lo hice con mucha ilusión, pensando que volveríamos a ser un club importante, reconduciendo su situación económica. Estoy satisfecho porque lo estamos logrando.
—¿Cuándo pisó, por primera vez, un estadio de fútbol?
—En la temporada 62-63, cuando tenía 6 años, fui por primera vez a un estadio, al del Altabix.
—¿Soñó alguna vez con ser futbolista?
—No.
—¿Fue de jugadores o de equipos?
—Más de jugadores como Di Stéfano, Cruyff, Marcial, Lico, Pirri…
—¿Un once de memoria?
—El del Elche del ascenso a Primera División con Manu Herrera, Damián, Etxeita, Pele, Edu, Rive, Generelo o Mantecón, Xumetra, Fidel, Carles Gil y Coro.
—¿Hasta dónde puede llegar el Elche con usted de presidente?
—No pongo límites. Queremos mejorar cada año. El primer paso es consolidarnos en Primera División.
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