No quisiera estar en la piel de aquellos que han venido trabajando de sol a sol para convencer a Francisco y ganarse un viaje a Tailandia. Una oportunidad única para algunos en sus vidas de jugadores que se esfumó.
En la lista había muchos candidatos a tomar el vuelo pero ninguno como el almeriense, Antonio Puertas, que se ha fajado en cada sesión y ha marcado goles que es de lo que se trata siendo delantero.Una lesión se lo ha impedido. Tenía el pasaporte listo.
Francisco sabrá el por qué no han volado cuatro o cinco niños más. Igual paga la Liga y no había más billetes para ellos pero la ilusión de volar rumbo a Asia les ha mantenido a todos ellos con un hilo de esperanza hasta el final.
Se han quedado en tierra pero siguen en la estación para tomar el tren de la Primera División. Nada se ha terminado para ellos. Ha pasado un vagón de cercanías pero ellos quieren tomar el AVE de Primera.
El fútbol y la empresa se parecen cada día más y lo mismo había que cuadrar las cuentas con la LFP que anda detrás de estos viajes por todo lo largo y ancho de este mundo.
Lo siento mucho por ellos. Habrá nuevas oportunidades y cuando una ventana se cierra siete se abren. Ya vendrán tiempos mejores pero viajar a Tailandia era una señal de algo más que ahora ronda por la cabeza de los descartados.
Me alegro por Antonio Marín y por Gianfranco que han sido los grandes afortunados de esta aventura.
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