Los horarios de la Liga profesional no ayudan a los aficionados de los pueblos que distan de la capital. Poner los partidos a las nueve o las diez de la noche es un freno en seco para los niños y los mayores que prefieren quedarse en casa.
No está en manos el Almería cambiar los horarios pero tiene mucho que ganar con actos como el vivido el pasado jueves en Uleila del Campo con la puesta en escena de una nueva peña dedicada al Mago Corona.
En mis tiempos de socio de la Agrupación por las mañanas me daba una vuelta por el centro para ver el autobús del equipo rival y las cafeterías y restaurantes a tope de aficionados que llegaban desde todos los rincones de la provincia.
Aquellos partidos de Primera División empezaban a las 16, 30 horas como rezaba en los carteles y así toda la temporada a la misma hora y en el mismo escenario.
Tener una peña en cada pueblo es lo ideal pero eso es cuestión de tiempo y mucho marketing. Ya tenemos peñas por toda la geografía pero son pocas para lo que necesita el Almería.
Recuerdo que en las primeras temporadas en la Liga de las Estrellas como Almería Unión si el equipo jugaba el domingo a las 5 de la tarde se batían récord de asistencia. Está claro que la provincia suma en la grada y deja dinero en la restauración. Pero poco puede avanzar el Almería si le ponen los partidos a las tantas.
Me consta que el sentimiento rojiblanco supera los límites de la capital y prueba de ello son esos fieles seguidores de Huércal Overa que se pegan 200 kilómetros por partido en casa para animar al Almería.
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