La visita del Real Madrid va a coger a Ipurua en plena reforma

Ipurua no es un campo nuevo para el Madrid. Han pasado diez años desde aquel 7 de enero de 2004 en el que el equipo entonces entrenado por Carlos Queiroz empatase en Copa a uno, con goles de Guti y Cuevas, que superó a Casillas, el único superviviente de la cita. Los blancos se encontrarán con un Eibar muy distinto, nada menos que dando la cara en su estreno en Primera. El pueblo está emocionado por el acontecimiento y el estadio armero sufre una metamorfosis por los nuevos tiempos.

La diferencia más notoria tras una década es que los vestuarios ya no se encuentran detrás de la portería de la Tribuna Oeste, sino bajo la Principal. Los diez días que quedan para el choque, declarado como Medio Día del Club, serán de gran actividad. Siempre que mañana el pleno del ayuntamiento lo apruebe, se demolerá parte de la Tribuna Norte, la de enfrente de los banquillos.

La reforma de Ipurua tiene el objetivo de acercar el aforo a los 6.000 espectadores (la actual capacidad es de 5.250). El campo está encajonado y no hay manera de hacerlo crecer más. Se espera un gran lleno, el primero de la temporada, ya que en el día del debut, ante la Real Sociedad, no hubo gran respuesta de la afición donostiarra. Aún no han pasado Barcelona, Athletic y Atlético. Los precios para el público en general serán de entre 60 y 90 euros, 40 para los niños. Es de esperar que prácticamente todos los socios, más de 4.000, retiren sus localidades.

La Prensa

A la espera de hacer una estimación sobre qué porcentaje de grada estará ocupado la próxima semana, los responsables de comunicación del club eibarrés no paran de darle vueltas a la cabeza para discernir cuál es la mejor solución a la hora de situar a la avalancha de periodistas que se espera. Ipurua, que fue edificado en 1947, únicamente cuenta con 17 locutorios en la zona destinada a la Prensa. Se espera comprensión de una entidad que hizo el milagro de subir y crecer en accionariado.