Francisco realizó un planteamiento serio en Granada y se trajo un punto mucho más importante de lo que algunos valoraron en su momento y cuyo verdadero valor se vio reflejado el domingo cuando el Valencia no pudo pasar del empate en Los Cármenes.
El Eibar es un equipo aguerrido, especialista en el juego directo y en buscar las contras; de un tremendo potencial en el juego aéreo y que está como pez en el agua cuando el rival tiene el balón. El partido se celebraba en un ambiente típicamente norteño con agua y frío y un campo bastante blando..
Con estas premisas el Almería sacó a sus ‘jugones’ más brillantes. Fran Vélez, el mejor en Granada como volante defensivo, jugó como central en una defensa de cuatro , con la novedad de Mané. Los otros seis jugadores que formaron en el once inicial eran todos delanteros o medios centro ofensivos, como Thomas y Corona
Suspenso Poco tardó en hacerse realidad el fundado temor que la formación rojiblanca podía infundir en sus seguidores ya que a los dos minutos el delantero centro local ganaba la posición a Trujillo y hacía el primero. A los 20 minutos el partido quedaba sentenciado con el segundo.
El Almería era hasta ese momento y fue durante todo el partido un juguete en manos de un niño aventajado con camisola azulgrana que se había leído, estudiado y asimilado el libro de instrucciones del juguete rojiblanco. El partido fue un auténtico regalo de Navidad del Almería para la hinchada local y para los jugadores de Garitano que se dieron un auténtico festín de goles.
Los jugadores hicieron lo que pudieron, que fue poco, dentro de un esquema incongruente y en un partido en el que nunca entraron, pero a ninguno de ellos se le puede discutir su entrega y profesionalidad.
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