Martínez Oliver: el espejo de la cantera

La historia de Iván Muñoz no es fácil de entender en los tiempos que corren. Un niño de 14 años que jugaba al fútbol y logró el Campeonato de Andalucía se ha subido a la bicicleta para crecer con el mejor asesoramiento. Desde niño quiso ser futbolista pero en casa había un ciclista, su padre Agustín, gran admirador de Juan Martínez Oliver: su referente deportivo. Iván, nunca faltó a un entrenamiento con sus compañeros futboleros y disfrutaba de la titularidad en el equipo, algo que siempre es de valorar pero: “yo quería ser ciclista y durante unos años hice fútbol y bicicleta pero terminaba decidiendo por el balón”. Siempre fiel al Pavía.
En casa su padre seguía fiel a sus escapadas en bicicleta y cuando llegaba a casa nunca faltaron las ‘batallitas’ y sus referencias al ciclista de cabecera: Juan Martínez Oliver. Así pasaban los días hasta que se animó a salir con su padre a una ruta corta y pudo comprobar que la bicicleta era lo suyo. Papá le batía en la montaña y buscó equipamiento y consejos del gran corredor.

Su querido profesor

Iván dio un paso al frente y comunicó a sus compañeros que se pasaba al ciclismo y “conocer a Juan Martínez Oliver hizo todo lo demás ya que me recomendó la bicicleta apropiada para mi edad y me dio las primeras lecciones de ciclismo”, luego empezó a bajar peso y a seguir un plan de entrenamiento que le abre de par en par las puertas del ciclismo de competición. No ha dejado de salir a entrenar cada día y en las escapadas de papá “ahora gano yo, hasta en la montaña, que es lo más complicado”. Se sabe de memoria todas las batallas de Martínez Oliver ya que en casa “siempre le tenemos como un referente pero tengo claro que encima de la bicicleta tengo mucho que aprender de él”. La carrera ha comenzado y se está tramitando la ficha de corredor como tantos otros a los que ha apadrinado Martínez Oliver a lo largo de toda una vida dedicada al ciclismo. Los consejos del maestro los lleva grabados a fuego.

Manual de cantera

Martínez Oliver también le daba bien a la pelota en el Barrio de Los Ángeles pero se subió a la bicicleta y tras triunfar como profesional hoy asesora a los corredores del mañana. A Ivan le ha recetado para ser un buen ciclista: “que sea constante y los estudios siempre lo primero”. No tiene secretos para él ya que: “lo he visto encima de la bicicleta y es una maravilla”.
“Me recuerda mis inicios y atiende bien cada uno de los consejos. Le he dicho que cuide la alimentación y siga por el mismo camino”. Los negocios le impiden, por ahora, tener su propio equipo pero “la Escuela de Ciclismo sigue siendo mi objetivo y no pararé para que niños como Iván no se pierdan para siempre”.
El ciclismo es una ilusión constante y “eso lo tiene de sobra Iván”, esta clase ha terminado por hoy, pero Martínez Oliver ya es su padrino.