Las cartas están alzadas, fijadas sobre la mesa y perfectamente identificadas. Después de la pequeña tregua del fin de semana último del mes de marzo, ante la supremacía incuestionable de los enfrentamientos adscritos al ámbito de las selecciones nacionales, el Levante retoma la competición liguera, en el marco de la Liga BBVA, con un almanaque repleto de citas sobre el interior del tapete verde. La escuadra que prepara Lucas Alcaraz afronta un serial que incluye hasta seis confrontaciones en un intervalo cronológico que apenas incluye veinticinco días, un aspecto que advierte de la dureza y de la complejidad de la etapa, que se inicia con la apertura de abril, que parece, además, decisiva para el devenir definitivo de la escuadra blaugrana en el campeonato de la regularidad en Primera División.
El Levante afronta un calendario poliédrico en virtud del tipo y del perfil de los adversarios a los que se medirá en los sucesivos choques pautados en este tramo. El drama que conlleva la cruenta lucha por la permanencia, caracteres intrínsecos al partido ante el Almería del próximo fin de semana en el Estadio Los Juegos del Mediterráneo, que abre esta secuencia, se solapa con la perspectiva antagónica que delimitan los choques siguientes ante el Sevilla, en el Ciutat, y Valencia en Mestalla implicados en la batalla por asaltar los muros de la Vieja Europa. El recorrido presenta en paralelo dos confrontaciones frente a dos sociedades que se mueven, en el nacimiento de abril, por la parte intermedia de la clasificación, Espanyol y Getafe, para cerrar este período con un duelo por la supervivencia frente al Córdoba en territorio azulgrana.
Los precedentes, si se toma como punto de origen el comportamiento deportivo de la institución de Orriols durante el primer tramo de la competición ante los oponentes de abril, resaltan las dos victorias ante el Almería y Valencia que conjugan con las igualadas ante el Sevilla, Getafe y Córdoba. En esta misma etapa, desarrollada durante los meses de noviembre y diciembre de 2014, el Levante cosechó nueve puntos que si se repitieran, ya en el tiempo más presente, le situarían con treinta y cuatro a falta de cuatro confrontaciones para echar definitivamente la cancela al ejercicio liguero. Esta fase coincidió con el desembarco de Lucas Alcaraz como inquilino del banquillo azulgrana. De hecho, el preparador estrenó el expediente de victorias en el encuentro ante el Almería disputado en el coliseo levantinista.
No obstante, y a pesar de la notable extensión del ordenamiento enumerado, el interés y las miradas se fijan invariablemente en el combate que se prevé en tierras almerienses el sábado, 4 de abril desde las 20:00 horas. Barral no dudó en etiquetar la confrontación tras la sesión de trabajo de ayer como “el partido más importante de la temporada”. El inquieto atacante estableció una estrecha alianza entre la victoria blaugrana y el desafío de la permanencia. No hay una causa-efecto con consecuencias inmediatas puesto que restarán 27 puntos en disputa, pero si que puede establecer unas coordenadas básicas, toda vez que el encuentro reúne a dos instituciones que comparten espacio y demarcación, objetivos y retos y puntuación en la zona más pantanosa de la tabla. Su argumentación es sencilla y evoca el triunfo conseguido en el Ciutat con las secuelas que puede generar esta circunstancia, si el bloque granota es capaz de aprisionar el triunfo.
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