El equipo manda a casa a la afición en un partido que fue bochornoso

Una afición rojiblanca muy ‘bendita’ en un Sábado Santo de mucha pasión para los más fieles del Almería en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. No fue un partido más para los más incondicionales del equipo de Juan Ignacio Martínez en la gran final ante los futbolistas del Levante que dirige Lucas Alcaraz. Era una final en letras mayúsculas para los hombres del proyecto de Alfonso García, un proyecto que quiere repetir otro año en Primera División.
En la previa del partido se notaba ambiente de final, ambiente de ganar como sea, ambiente de ganar sí o sí... porque en juego había aire para sobrevivir, como dijo el entrenador del Almería en la rueda de prensa previa a la finalísima ante un rival directo en la lucha por la permanencia en la Liga de las Estrellas.

Ya no creen Las caras de los jugadores del Almería, al llegar al Estadio de los Juegos Mediterráneos, lo decían todo: era el partido de los partidos para ellos, al igual que para los del Levante. Pero el partido fue bochornoso y por eso la afición del Almería optó por irse a casa antes del final del encuentro. Hubo pitos y una afición muy quemada al final de una tarde-noche que fue para olvidar en Almería.
El partido entre el Almería y el Levante comenzó a mediodía en la explanada del Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde se reunieron la Peña Milhojas y la Peña Mago Corona de Uleila del Campo. Además, el vicepresidente Ricardo Martínez estuvo con los peñistas en un encuentro en el que los grandes aficionados rojiblancos hicieron sus cuentas para la permanencia en Primera División. Almorzaron, merendaron y luego al fútbol.