Valle de lágrimas para una afición que soñó con un equipo de Primera

Los incondicionales rojiblancos no pararon de animar, pero con el 2-3 se vieron en Segunda

Se veían en 2ª.
Se veían en 2ª.
Rafa Góngora
22:16 • 23 may. 2015

Tarde de nervios, tarde de pasión, tarde de expectación por lo mucho que había en juego en la hierba del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Era la última jornada en el Campeonato Nacional de Liga en Primera División y la tarde prometía emociones fuertes, muy fuertes porque había que ganar al Valencia y esperar una carambola para repetir otro año en la Liga de las Estrellas.
El hecho de no depender de uno mismo preocupaba a la afición del Almería, esa afición que merece estar en la máxima categoría del fútbol español. No son muchos, como en otros campos de Primera, pero aquellos que nunca fallan son de Primera, son grandes, son sufridores y no se pierden un partido del equipo rojiblanco, vaya como vaya en la competición.
Se notaba que era la última tarde de fútbol en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, la última tarde para ayudar al Almería: había que ganar y esperar otros resultados en otros campos.
Por eso, la radio tampoco se perdió el Almería-Valencia que sirvió para despedir el curso liguero 2014-2015. Muchísimos aficionados fueron al campo de fútbol con la radio en el bolsillo: había que saber lo que sucedía en otros campos. Las caras de los aficionados lo decían todo: era el partido de la despedida de una temporada en la que se ha sufrido muchísimo.











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