El BMC de Tejay Van Garderen ganó la contrarreloj por equipos en Plumelec por un suspiro, sólo por 62 centésimas sobre el Sky de Chris Froome, pero no pudo arrebatar el maillot amarillo al británico de origen africano, que sale reforzado para los Pirineos. En tercera posición se clasificó el Movistar, a cuatro segundos del ganador. Nairo Quintana, que recorta 24” a Alberto Contador y mete otros 31” a Vincenzo Nibali, también terminó crecido a la espera de su mejor terreno.
El Movistar aspiraba a ser el tercer equipo español que ganara una crono en el Tour, tras el Kas y la ONCE (dos veces). En la Vuelta ya había logrado dos victorias sobre esta especialidad: en Pamplona 2012 y en Jerez 2014. Y por momentos parecía que lo podía conseguir también en la Grande Boucle. Con tres campeones nacionales de contrarreloj en sus filas (Castroviejo, Malori y Dowsett), hizo una gran etapa, tan sólo empañada por un serio fallo técnico en un repecho, donde el equipo se resquebrajó. “Nuestro estilo es un caos organizado”, había dicho Dowsett en la previa. Y quizá este error, el punto álgido del caos, les costó la victoria a los telefónicos.
Esta crono por equipos, sobre 28 kilómetros, endurecida por esa meta en la cota de Cadoudal (1,7 al 6,2%), no deparó finalmente las grandes diferencias que se preveían. Los cinco principales favoritos entraron en 35 segundos. Contador, a 28” del BMC, y Nibali, a 35”, fueron los que más tiempo cedieron dentro de este ramillete. Si hay que hablar de derrotados se debe apuntar más lejos: al Giant de Warren Barguil, que entró a 1:37, y al Katusha de Purito Rodríguez, que corrió con sólo siete ciclistas y se distanció a 1:53.
El primero que había tomado la salida en Vannes fue el Orica, que bastante hizo con sobrevivir con sólo seis corredores y con uno de ellos, Michael Matthews, con dos costillas fisuradas. En otras circunstancias hubiera partido entre los grandes favoritos. De hecho, la escuadra australiana posee el récord histórico de velocidad en esta disciplina, cuando marcó 57,841 km/h en Niza (25 km) en el Tour 2013. Tras las bajas por caídas de Gerrans, Impey y Albasini, el Orica terminó el último. Un buen ejemplo para explicar la polémica que ha generado esta etapa. La organización tuvo que pedir un permiso especial a la UCI para celebrarla tan tarde, porque normalmente debe estar situada en las cinco primeras jornadas. ¿La razón de esta norma? Las posibles bajas que merman el rendimiento. El Orica puede dar fe. También Purito.
El Tour ya había acabado antes cuatro veces en Plumelec. El estreno, en 1982, también fue una contrarreloj por equipos en la que se impuso el Ti-Raleigh, el rodillo holandés de Peter Post que tiene el récord de victorias en esta disciplina, con nueve (más otras tres que logró posteriormente con la denominación de Panasonic). La cuarta y última, más cercana, se sitúa en la primera etapa de 2008, que ganó Alejandro Valverde, con el premio extra del maillot amarillo. El equipo del murciano volvió a brillar en esta localidad, pero en esta ocasión se quedó a cuatro segundos del triunfo. Valverde es séptimo en la general, a 1:50.
Esta crono de Plumelec cierra el primero de los tres bloques del Tour 2015: nueve días que concentraron las dos contrarrelojes, jornadas de viento, llegadas masivas y un terreno para clasicómanos con una etapa sobre adoquines y dos con final en los muros de Huy y Bretaña. El pelotón descansa este lunes en Pau y a partir del martes afrontará los Pirineos. El escenario cambia. Llega la gran montaña con Froome en la pole position. Sus rivales: Van Garderen, a 12”; Contador, a 1:03; Urán, a 1:18; Nairo, a 1:59, y Nibali, a 2:22. Hay Tour.
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