Luis Márquez, el guardián del Anexo

Llegar cada mañana al Estadio Mediterráneo y ver a Luis Márquez con su gorra se repite desde hace doce años. Este almeriense, concretamente del barrio de El Zapillo, está como en casa con los futbolistas del Almería. Desde hace más de una década se encarga de abrir todos los días la puerta de acceso al parking, da los buenos días, y sigue con su ruta. Se ha ganado el cariño de todos los jugadores que han pasado por el club, y también de los entrenadores. Raro es el día que Ángel Férez y Pepe Morales no le gasten alguna broma cuando el equipo sale a entrenar, y es que es el guardián del Anexo, aunque antes ya lo hizo en el Municipal Juan Rojas.

Como en casa
A media mañana se acerca al coche, o a la moto, dependiendo del tiempo, para tomarse el desayuno, que habitualmente suele ser fruta. Cuando comienza el entrenamiento se sienta junto al torreta de iluminación y nadie lo mueve de allí, salvo que alguien se salte las normas. Luis Márquez es una pieza más en la familia del Almería. El conserje más querido de la historia.