Nibali brilla en La Toussuire y Nairo recorta 32 a Froome

El Tiburón lanzó un ataque lejano, logró un gran triunfo en la tercera etapa alpina y se coloca 4º

Vincenzo Nibali celebra su heroica victoria en La Toussuire
Vincenzo Nibali celebra su heroica victoria en La Toussuire
AS
18:44 • 24 jul. 2015

Vincenzo Nibali volvió a sacar su casta de campeón y logró una brillante victoria en La Toussuire, meta de la tercera etapa alpina del Tour 2015. El ataque lejano del Tiburón también supuso una dentellada a la clasificación general, en la que ha saltado de la séptima a la cuarta posición, a 1:19 del podio de Alejandro Valverde. Nairo Quintana arrancó en el puerto final, entró segundo y le dio un pellizco de 32 segundos a la ventaja de Chris Froome, que mantiene el maillot amarillo con 2:38 sobre el colombiano. Ese es el escenario a falta de la etapa del Alpe dHuez, que decidirá este sábado el orden del cajón en los Campos Elíseos.

La etapa tuvo un arranque trepidante en la subida inicial de Chaussy. Purito Rodríguez buscó la escapada con el punto de mira puesto en los puntos de la Montaña. Los gallos también tenían ganas de pelea y se sucedieron ataques de Contador, siempre con Valverde a su estela, y de Nibali. El movimiento neutralizó la fuga y dejó bastante desarmado a Froome. Pero nadie abrió hueco y el Sky se reagrupó después.

La escapada volvió a formarse, otra vez con Purito, a quien esta vez sí se le pegó Romain Bardet, ganador el día anterior en Saint Jean de Maurienne, por delante de su compatriotra Pierre Rolland. Purito y Bardet habían empezado la etapa empatados en el Gran Premio de la Montaña, mientras que Rolland tenía ganas de desquitarse del jueves. El francés del Europcar, que ya había vencido en La Toussuire en 2012, se marchó en solitario y coronó en cabeza la Cruz de Hierro.

El coloso alpino, que se coronaba subiendo por el Glandon, también produjo actividad de interés en el grupo de favoritos. Especialmente impulsivo estuvo Nibali. A 60 km de la meta arrancó Alejandro Valverde, pero lo que parecía un órdago por el Tour se quedó solo en disparos de fogueo. El murciano no paraba de mirar hacia atrás: era evidente que no le hacía gracia irse en solitario y se dejó caer. Las estrategias conservadoras siguen predominando en el Movistar. Nairo Quintana ni se movió en toda la ascensión.

Justo en ese momento, Froome sufrió una avería. El Tiburón del Estrecho no se lo pensó un segundo, atacó y se lanzó en un vertiginoso descenso. No lo hicieron los demás. Hace dos días, Contador sufrió una caída en el descenso de Allos y nadie ralentizó: al contrario, Valverde aceleró el ritmo. Esta diferencia de criterios abre otra vez el eterno debate de cuándo hay que parar y cuándo no. Algunos argumentan que el día de Contador, la etapa estaba lanzada. Durante la subida al Glandon, los favoritos también se estaban jugando la carrera. Ante la duda, lo más lógico parece no ralentizar nunca.

Nibali, el más valiente de la jornada, abrió brecha. En la cima del Mollard atrapó a Rolland. Ambos eran cabeza de carrera antes de la subida final a La Toussuire, con dos minutos de ventaja sobre el grupo de los gallos, donde se vio tirar al Movistar con José Herrada, a quien luego relevó Valverde en primera persona. Otra vez las tácticas conservadoras. Froome se frotaba las manos a rueda de los telefónicos. Mientras, Romain Bardet, que iba intercalado, hacía unos increíbles equilibrios para solucionar una avería en pleno descenso.

El Tiburón dejó pronto la compañía de Rolland en La Toussuire y aumentó ligeramente la ventaja. La cabeza del grupo la tomó Majka: o Contador venía con piernas para atacar o el Tinkoff se había subido al carro del Movistar. Nibali hacía peligrar la cuarta plaza del español. Un premio ínfimo. El madrileño explicó luego otra versión diferente: no era para acelerar el grupo, sino para frenarlo porque no andaba fino. Contador se queda quinto, a 7:56.

A 5 kilómetros, por fin atacó Nairo Quintana, que no se había asomado en toda la jornada. El comportamiento que había tenido el Movistar hasta entonces sólo tenía esa explicación. De inicio, Froome pudo seguir al colombiano a cierta distancia, pero Contador y Valverde se abrieron. El africano decidió no cebarse y subió a su ritmo, que no era mal ritmo. Son dos estilos contrapuestos: el escalador puro y el cadencioso con su potenciómetro. Nairo recortó 32 segundos y se sitúa a 2:30 a falta del Alpe dHuez. Una buena ventaja todavía para Froome. Más cerca se ha quedado el podio para Nibali, que acosa a Valverde a 1:19. Son los premios que a veces recogen los campeones a golpe de valentía.
   


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