Blanes presentó su Ciudad Deportiva en la sede y en el Gran Hotel

A Juan Carrillo le pueden preguntar. Nadie como él que formó parte de las directivas de Almería Ceefe (como director general) y Unión (como gerente) para que lo tengan claro. Aparece en las fotos de todas las puestas de largo que le costaron una pasta a Guillermo Blanes.
La primera presentación de la Ciudad Deportiva fue en la sede de la calle de Altamira. Un ilusionado presidente con sus directivos hablando de la gran obra para el Almería entre planos de campos de fútbol sin un solo metro de terreno. Nacía la leyenda.

Copa de vino

Como en los buenos tiempos decía la convocatoria que ‘al final de acto se brindará con una copa de vino español’ y así, brindando en los mejores hoteles de la ciudad, se iba presentando la obra que a día de hoy sigue sin colocar su primera piedra.
En aquellas puestas de largo con todo bajo el control de Melero y Carrillo, a Blanes se le iluminaba la sonrisa esperando que los políticos presentes levantaran la mano y pusieran terrenos a esos planos “con cinco campos de fútbol cerca de la capital” que pedía a gritos un presidente que no paraba de ilusionar.
Los concejales de deportes temblaban cuando tomaba la palabra ya que sabían que el alcalde de turno saldría mal parado. Y así en la calle Altamira como en el Gran Hotel. Así un año detrás de otro hasta que traspasó los poderes de su amado Almería.
Por la Ciudad Deportiva luchó hasta el último de sus días pero “nuestros políticos no están por la labor”, y el ayuntamiento cambiaba de color pero jamás cambió su mensaje el máximo responsable del Almería que “no pido nada para mí, esos niños del club tienen que tener unas instalaciones dignas”, decía.

Brindis al sol

Pasó Guillermo y llegó Alfonso García que también lleva unas cuantas presentaciones. La primera fue con esa especie de platillo volante sobre el Juan Rojas con un campo y medio. Luego llegarían los terrenos en la Vega de Acá que siguen esperando la primera piedra.
Alfonso no ha tenido que llevar a sus profesionales a Pechina. El ahora presidente no necesita rajar de los políticos pero teniendo lo que Blanes nunca pudo poseer, siguen los terrenos esperando. Los niños entrenando y jugando de prestado y apagando velas, 26 ya, esperando la llegada de la tierra prometida.