Eduardo Gallart llegó a ser presidente de la Española

Uno de los grandes amigos de Ortega fue Gallart al que le deben mucho los púgiles 

Eduardo Gallart en su despacho.
Eduardo Gallart en su despacho.
Tony Fernández
01:00 • 13 dic. 2015

En el libro de boxeo que se presenta este lunes en la Casa de las Mariposas aparece como uno de los grandes impulsores Eduardo Gallart Baldó que hizo mucho por el fútbol antes de alcanzar lo máximo que tuvo la ciudad en este deporte ya que alcanzó la presidencia de la Federación Española en la década de los ochenta siendo el último gran impulsor que se recuerda en nuestro país.
Ortega le recuerda como aquel que “abrió la vieja térmica para dar boxeo todas las semanas y crear un nuevo ambiente en los setenta y ochenta”. Para el autor de ‘El boxeo almeriense 1935-1992’ estamos ante “un adelantado a su tiempo que supo relanzar el boxeo amateur y crear una nueva generación de campeones”. De las noches frías en la Plaza de Toros se daba boxeo en un lugar cerrado donde el humo de los cigarros daba ese ambiente americano de las peleas de los años cuarenta. Ortega tiene palabras emocionadas para una iniciativa que “marcó una de las épocas más brillantes del boxeo almeriense que se recuerdan ya que por Almería pasaron los mejores a nivel amateur y profesional”.




Último promotor




Los campeones de los sesenta empezaban a estar en el ocaso y había que levantar el boxeo. Gallart tomó el mando de las operaciones y fue saltando de la Delegación almeriense a la Andaluza y ganar unas elecciones nacionales hasta presidir un boxeo en España que en aquellos tiempos se codeaba con el fútbol llenando el Palacio de los Deportes de Madrid con veladas para 15.000 aficionados.
Con Eduardo Gallart en Madrid se celebraron en Almería los inolvidables Boxam. Los encuentro internacionales contra los mejores equipos de Europa y África y en cada barrio había un local destinado a la preparación de los boxeadores. No había mucho dinero para gastar pero los grandes eventos llegaron a Almería para deleite de una afición que aprovechaba el tirón de no tener fútbol de nivel en nuestra ciudad.
Almería llegó a presidir el boxeo nacional y allá donde había un título profesional o un evento amateur aparecía la figura de “un Eduardo Gallart que forma parte de la obra como uno de los protagonistas que siempre está presente”. Si Ortega está orgulloso de su obra es por destacar “todo lo que hicieron los almerienses por el boxeo”.
 









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