El Almería dice adiós a la Copa del Rey...

... Aunque todavía no a sus males

La imagen.
La imagen.
Carlos Miralles
23:25 • 17 dic. 2015

El formato de Copa del Rey sigue restando, y más con el paso de los años, competitividad e ilusión entre los participantes. El Almería, que pisaba Balaídos con la eliminatoria resuelta en su contra, trató de que no le hicieran daño, más bien moral, basándose en un planteamiento de asegurar y no dar espacios al Celta. Duelo de respeto, con falta de ritmo e intensidad en ambos equipos. La Liga es lo que da de comer a los modestos, y el Almería no está para tirar cohetes ni hacer desgastes innecesarios en una Copa muy descafeinada.




omo si de una repetición de crónicas anteriores se tratara, el Almería vuelve a encajar un gol a balón parado, para más señas, de falta directa. Daniel Wass lanzó a puerta a pocos metros de la frontal y Julián Cuesta no pudo desviar la pelota a córner. En vivo parecía un error del meta rojiblanco, pero varios compañeros comentaron en Carrusel Deportivo que al granadino “la pelota le hizo un extraño”. Antes, los rojiblancos se mostraron valientes llegando poco, pero con criterio, a meta contraria. El gol volvió a golpear con fuerza a unos futbolistas débiles mentalmente, sobre todo por la racha sin ganar.




Trámite
Para algunos jugadores el encuentro de Balaídos no supuso un entrenamiento. Un almeriense, concretamente de Benahadux, habló sobre el terreno de juego. Antonio Puertas se echó el equipo a la espalda, moviéndose por todo el campo, queriendo la pelota y siendo vertical. Fallaba un pase y se enfadaba. Los compañeros erraban y estaba ahí. Garra para revertir la situación.
Los canteranos: Zabaco, Puertas, José Ángel... Quizá no todos puedan quedarse cuando se abra el mercado invernal, aunque a base de entrega y sacrificio, nada tienen que envidiar al resto.




A Oviedo
Con un Puertas luchador no bastará para ganar en el Carlos Tartiere. La segunda mitad contra el Celta sirvió para que los dos conjuntos firmaran la paz, como un pacto de no agresión. En el apartado colectivo no se pueden rescatar muchos aspectos positivos, pero hay uno que reluce más que el resto: la vuelta de Ximo. 
El lateral ha vuelto a competir siete meses después de la lesión. Una lesión grave que no ha hecho cambiar de mentalidad. Saltó al césped en sustitución de Fran Vélez y aportó sentido a la salida de balón. Incluso pudo marcar. Ximo está de vuelta.
La Copa de Balaídos llega a su punto y final. Lo que no acaba es la travesía a lo largo de tres meses sin ganar. El domingo, último partido del año en Oviedo. Allí se verá si el Almería tiene respuesta.








Temas relacionados

para ti

en destaque