Un escalón más para creer. El Almería saca un valioso punto de Miranda gracias al orden táctico y la capacidad de reacción. Hubo minutos de dominio rojiblanco, con elaboración de jugadas ante la portería de Raúl, pero que no encontraron el destino final: la red. Jonathan Zongo e Iván Sánchez pudieron adelantar al equipo antes del descanso, pero la precipitación en los minutos finales, normal cuando llevas tantas jornadas en descenso, les acabó condenando. Julián no realizó una sola intervención en los primeros 45 minutos.
Buen inicio
Pedía Goro orden en el Almería, y sus jugadores cumplieron. No se ganó, pero fue un partido más completo que el de hace siete días contra el Llagostera. Cada uno tenía clara su función y no se salía del esquema marcado por el cuerpo técnico. Aquellos ¡uy! que tanto se echan en falta, volvieron el Anduva, porque se vio a un once con las ideas claras para defender y atacar.
Se llegó al descanso con empate sin goles, y con la sensación de que era el día con más opciones de ganar a domicilio de toda la temporada. Y la reanudación deparaba lo mejor de la tarde.
Las claves
Un minuto de la segunda mitad y misma historia. Gol en contra del Almería y a remar. Kijera botó un córner que no acertaron a despejar ni Soriano ni Julián. Ganaba la eficacia de un equipo que venía por las nubes tras derrotar al Córdoba en El Arcángel. Goro animó desde el banquillo, y su aliento llegó al césped. Pese a vivir instalado en el descenso, el Almería fue valiente y fue a por el empate. Lolo Reyes, que firmó un encuentro espectacular, botó una falta que Jorge Morcillo cabeceó a gol en el minuto 53. Se hacía justicia. Empezaba una nueva lucha de titanes.
Para el espectador, y para el propio Goro, la creación de jugadas después del 1-1 desapareció. Fútbol directo, con balones largos para buscar segundas jugadas y que el balón dictara sentencia. No se facilitaron contras.
¿Y qué sería de este Almería sin el sufrimiento final?. El Mirandés, en la cabeza de Lago Junior, paró los corazones de miles de almerienses pegados al televisor y la radio cuando remató solo en boca de gol ante Julián. La pelota se fue rozando el palo con Anduva de pie cantando el gol.
Es pronto para escribir con mayúsculas que hay efecto Goro en el Almería, pero no se puede negar que se ve alegría en el césped y jugadores que saben su función en cada momento. Ahora toca ir a por el poderoso Córdoba.
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