El Almería de Goro ha conectado con la grada

Nada es igual, todo es distinto con la llegada del nuevo año en el Estadio Mediterráneo. Néstor Goro ha cambiado muchas cosas en el equipo rojiblanco y en el entorno, al margen de querer estar más cerca del asistente permutando las posiciones de los banquillos. 
Por primera vez desde su llegada el entrenador rojiblanco apostó por una defensa de cinco. El desarrollo del juego y del partido demostró que acertó.

Sistema
Jugar con tres centrales y dos laterales no es una apuesta conservadora ni que merme el potencial atacante de un equipo, como demostró en la matinal del domingo el Almería, sino todo lo contrario. 
La presencia de tres centrales ayudados por Fatau, hace que los espacios libres para los contrarios se minimicen. El tener las espaldas cubiertas permite que los laterales se incorporen a la medular e incluso al ataque con mayor libertad y con menos urgencias a la hora de recuperar su posición. Así el segundo gol es un fruto de un medido centro del argentino Dubarbier. No se trata de lanzar las campanas al vuelo sino de, con los pies en el suelo, ver con satisfacción las mejoras del equipo y seguir trabajando en la esperanza de que el objetivo de la salvación es posible. 

El partido ofreció las suficientes cosas positivas como para seguir confiando en este equipo. Buen debut del central Saveljich, magnífico trabajo de Kalu Uche en posición más atrasada y con espacios y tener la impresión de que el técnico argentino ha sido capaz de encontrar en casa al director de orquesta que se necesitaba en la figura de José Ángel. Además de todo ellos el equipo rojiblanco ahora ha logrado conectar con la grada porque la afición acude creyendo en el triunfo.