Denominado desde hace generaciones como Pueblo o Villa de la naranja debido a sus enormes extensiones de naranjos que comprenden ambos márgenes del Río Andarax, a su paso por este pueblo, Gádor se ha convertido en un municipio referente en la provincia de Almería en cuanto a oferta turística se refiere.
Y es que el pueblo tiene la capacidad de ofrecer todo tipo de servicios: alojamiento, buen clima, buena gastronomía y, sobre todo, una gran oferta cultural que lo convierte en el municipio con menos de cinco mil habitantes y que más monumentos abarca en su territorio.
Un ejemplo de ello es la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Esta iglesia es el resultado de un largo proceso constructivo que se inició en el año 1673 y finalizó en 1763. Comenzó siendo un edificio barroco para acabar como uno de los máximos exponentes del neoclasicismo almeriense. Realizada en época de transición, mezcla los estilos barroco y neoclásico. Su privilegiada situación la hace visible desde toda la vega.
Por otro lado, la Ermita de la Santa Cruz construida en 1965 en suscripción popular para reemplazar a la derribada años atrás.
Asimismo, no se queda atrás El Castillejo que data entre los siglos IX y X. Se trata de un lugar de importancia arqueológica y fortaleza medieval que protegía el poblado de Mondújar y la entrada del valle. Es importante para conocer la organización del Valle del Andarax y más teniendo en cuenta su proximidad al yacimiento calcolítico de Los Millares. Al igual que tiene importancia la Iglesia de Santa María, del siglo XVIII.
El Cortijo de Cuatro Torres también supone un gran interés turístico. Está dominado por la presencia de sus cuatro torres en las esquinas, que le otorgan el aspecto de fortaleza. El conjunto muestra en su fachada elementos de representación urbana, tal como muestra la distribución ordenada simétrica de puertas, ventanas y balcones, y un gusto historicista en su diseño con la disposición de impostas y cadenas resaltadas en los sillares de las esquinas.
En cuanto a yacimientos arqueológicos, Gádor cuenta con algunos enclaves muy importantes. Por un lado, el Yacimiento de Quiciliana del siglo IV. En él se pueden encontrar restos de origen romano y bizanino, como dos fragmentos de la estatua del Buen Pastor de Quiciliana.
Por el siglo XVI, se estableció en esta Villa un sistema de regadío muy similar al que tenemos hoy día y que abastecía con su aprovechamiento a la agricultura y la molienda. Esto ha dado lugar a que se ponga en valor la Fuente de los Partidores.
Gádor también cuenta son sepulturas y ruinas argáricas así como la necrópolis megalítica.
En terreno urbanístico mención especial merecen su estación de ferrocarril y las casas-cueva que cuentan con una interesante arquitectura popular troglodita, en un entorno de oasis y desiertos.
El Monumento a la Mujer, a la Naranja, a los Naranjeros, a las Víctimas del Terrorismo, al Quijote, al Bicentenario de la Villa, a la Constitución, al Pintor Díaz Molina, al Azahar, a los Gitanos, a Gádor, a San Isidro, a San Antonio, a los maestros, a los donantes de sangre, a la dama del Ruiní o al buen Pastor continúan elevando el valor de la cultura implantada en la Villa de Gádor.
Por último, pero no menos importante, el Centro Cultural Casa Don Mariano aglutina la historia de todo su patrimonio. Ubicado en un edifico que ofrece una panorámica impresionante de la vega del Bajo Andarax, este centro está dedicado a los elementos que caracterizan la identidad del municipio.
Todo ello sin olvidar que en 2016 comenzaron con el proyecto “Gádor más rural” cuyo objetivo es embellecer cada rincón del municipio para incrementar ese reclamo en el turismo.
En definitiva, Gádor da a conocer el pueblo por la multitud de servicios y potencia tanto por el turismo rural sino su patrimonio cultural.
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