Abrucena, una pincelada blanca en la montaña

El lugar idóneo para aquellos que buscan refugiarse en el silencio atroz de la alta montaña

Rosa Macer
13:22 • 26 abr. 2023 / actualizado a las 08:03 • 27 abr. 2023

Situada en las laderas sombrías de sierra Nevada, la silueta del pueblo almeriense parece una pincelada blanca sobre un tapiz de colores verdes. Abrucena es el nácar del valle del río Nacimiento. La localidad entra en la asociación Pueblos Mágicos de España por varios motivos, el principal por el entorno en el que se encuentra situado -dentro del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada- y no menos importante, el patrimonio que posee como la Torre de la Iglesia y placeta del Pretil.



Cruzando de lleno al corazón del pueblo, encontramos la plaza de Andalucía situada en el centro urbano. El entorno de la plaza cuenta con los dos edificios principales; el ayuntamiento y la iglesia. La Iglesia está dedicada a Nuestra Señora de la Anunciación y mantiene intacto su estilo mudéjar, a pesar de ser reconstruida en el siglo XIX.



Cuidando las tradiciones



Por otro lado, podemos destacar sus productos locales como es el aceite de las dos almazaras, su miel y su vino. Dando así una experiencia única y completa, con paisajes, buenos productos locales y patrimonio. 



Las flores de almendro del invierno se convierten más tarde en un fruto que se recoge y manufactura de manera artesanal. En los meses de septiembre y octubre la mayoría de los vecinos que se dedican al campo se reúnen en familia para pelar la almendra. En noviembre y diciembre, vuelven a la huerta, esta vez para recoger el fruto del olivo, que llevarán a la almazara a cambio de algunas garrafas de aceite que les servirán para el gasto familiar de toda una temporada.



Mientras tanto, el calendario marca los días de las celebraciones más populares como El Jueves Lardero o la de los Quintos. La Quema de la Zorra, para finalizar sus fiestas en honor a San José Obrero, es uno de los grandes atractivos de la localidad. Elaborado con cañas de manera tradicional, consiste en rodear este animal con petardos que van explotando junto a la fuente de la plaza. 



En las noches de fiesta, el camino de las Eras o la explanada de la ermita de San José, entre otros, se convierten en los lugares preferidos por los jóvenes para huir del silencio atroz en busca de mundanal ruido, y lo encuentran, más tarde, en pequeñas salas de fiesta que acogen a multitud de chicos y chicas de todos los pueblos cercanos. En los meses de mayo y agosto, el pueblo recibe a los visitantes, y especialmente a los emigrantes, para sus fiestas populares.



Un pueblo con historia

De camino al área recreativa de La Roza se observa sobre un cerro el antiquísimo Castillejo, del cual solo quedan sus ruinas. Cada civilización y cultura que por Abrucena pasó dejó a este lado del río su huella que permanece imborrable hoy en día. Bajo la fortaleza se encontraron restos del neolítico, además de construcciones posteriores, ya en la época romana. El Castillejo se camufla en un entorno magnífico de piedra viva y antiguos bancales aterrazados.


Llegando a La Roza la vegetación se convierte en un manto verde cada vez más espeso, las encinas que antes se esparcían por las laderas se convierten en pinos apiñados unos con otros. El área recreativa de La Roza es una de las zonas más visitados de la provincia, elegido por las familias y grupos de amigos para disfrutar de tiempo libre. Con mesas, barbacoas, zonas de juego para los más pequeños y la posibilidad de bajar a lo más hondo del cauce del río Abrucena. 


Otro de los lugares carismáticos de este municipio es la ermita o santuario de San José, que se encuentra adosada al cementerio municipal. Del pequeño templo sobresale un campanario que lo dobla en altura. En su interior da cobijo al santo Patrón de Abrucena; San José. El santuario cuenta con una gran explanada, unida a un largo camino, hacen que se convierta en un lugar idóneo para un tranquilo paseo.


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