Cientos de personas y turistas recorren y disfrutan de la gran historia que envuelve Veléz-Rubio. Una huella histórica del año 1769 que ha impregnado este municipio de devoción a La iglesia de la Encarnación como gran ejemplo del barroco puro y absoluto y que sus colores llamativos no dejan indiferente a nadie que pasea por su arquitectura. Si el turista se para un momento, observa el resalto de sus arcos, las tribunas, las cornisas y sus destacados colores con sus significados: el verde, símbolo de la esperanza del Espíritu Santo, el ocre al Dios Padre, y el azul representa la Virgen María todo ello surgido del terremoto que data del año 1771.
Tras este terremoto, se decide levantar un templo para representar el poderío civil del Décimo Marqués de los Vélez y Duque de Medina de Sidonia, Don Antonio Álvarez de Toledo quien trajo escultores de la corte de Madrid y decide poner en auge a través de este monumento el gran poderío que tenían en ese momento la familia noble.
Así, Vélez-Rubio se consolida como uno de los municipios arquitectónicos barrocos más impresionantes de nuestros tiempos albergando grandes monumentos como el Antiguo Hospital Real (hoy Museo velezano Miguel Guirao) del año 1778, la Iglesia del Carmen del año 1617, el gran Palacio De Vélez Rubio, la Almazara, las casas del s.XVII-XVIII, y el Ayuntamiento del año 1732. Los curiosos e historiadores pueden también conocer las casas señoriales de los grandes terratenientes de aquellos años y cabe destacar que todos tienen una cohesión arquitectónica muy antigua de finales del s.XVII-XYVIII que ha hecho de este municipio un precioso lugar para conocer la gran historia que acompaña a esta comarca.
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