Todos sabemos que cada cuatro años sobreviene uno al que llamamos bisiesto, caso de este 2016 en que nos encontramos. Pero, ¿de dónde viene todo esto? Bueno, pues su etimología deriva del Latín (bis sextum) ya que Julio César añadió un día al calendario para regular los ciclos solares. Ese día de más se estableció en el mes de Febrero, aunque no fue hasta el Pontificado de Gregorio XIII (que estableció el calendario gregoriano) cuando se fijó definitivamente como día suplementario a final del citado mes (29 de Febrero).
En cuanto a la etimología de los meses del año (la palabra mes viene del latín mensis, y antes del griego mene que significa “luna” ya que antes se usaba el calendario lunar de 28 días) hemos de indicar su estrecha relación con los dioses y los elementos naturales.
Enero está consagrado al dios romano Jano, considerado como el de los dos rostros e incluso el dios de las puertas, de la astronomía y de la arquitectura. Con él empieza y termina el año. La fiebre como valor sanador para los resfriados entra con Febrero (februa: mes de la purificación) para llegar al mes de Marzo con la virulencia del dios de la guerra, Marte.
Con Abril (aprilis en Latín) llegan nuestras dudas ya que se le relaciona con el griego Aphrô (Afrodita, diosa de la belleza, del amor y, en definitiva, del nacimiento de la juventud); pero otras teorías unen este mes con el verbo latino aprire que hace referencia al abrir de las flores.
Mayo, el considerado mes más hermoso del año supone como un canto a la Madre Naturaleza si lo relacionamos con maius/maiestas (majestad). También lo asociamos con Maya, diosa de la floración y la fertilidad.
Cuando hablamos de Junio, nos queremos referir a los “iunores” (nuestros jóvenes) y a la mítica Juno, esa diosa responsable de la unión matrimonial.
Teniendo a Julio César en la historia, es lógico suponer que el mes de Julio venga etimológicamente de este gran personaje.
Llegamos a Agosto para que Octavio Augusto, primer emperador de Roma, no sea menos que Julio César en el calendario.
Septiembre se llama porque era el séptimo mes del calendario romano hasta el año 153 a. de C., cuando el inicio de los meses del año se trasladó de marzo a enero.
Octubre y Noviembre serían primitivamente el octavo y noveno para finalizar con Diciembre (décimo antes de la reforma). Actualmente vemos que los meses se movieron dos lugares en el calendario al colocar Enero y Febrero como primero y segundo.
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