Altura de miras y dignidad

`Sin dimisión no será fácil la regeneración por muchos correctivos que pongan a meter mano a la caja`

Kayros
23:11 • 17 feb. 2016

En una situación como la que atraviesa este país en este momento harían falta hombres de Estado que otearan el horizonte más allá del pequeño relato personal de hacer carrera. Sabemos que los partidos políticos se fundan para la conquista del poder como instrumento de transformación y desarrollo. Pero cuando el instrumento se corrompe y la acción política pierde toda su credibilidad creadora, entonces urge la necesidad de la cirugía de urgencia. Estamos viendo çómo el PP está sustituyendo por gestoras la metástesis invasora de sus cuadros dirigentes. Poco a poco este partido puede llegar a ser una inmensa gestora universal que salve los muebles a nivel nacional. Cercados por la acción de la justicia, van dimitiendo de tarde en tarde algunas figuras representativas. 
La Moncloa parece quedarse tranquila al ver que el problema es una isla. Cuando Bárcenas entró en prisión, el partido r espiró como si le quitaran un peso de encima. Rajoy además de enviar un mensaje recomendando que Luis fuera fuerte, no se privó de decir que la corrupción era cosa de unos pocos que ya no pertenecían al partido. Sin embargo cada día avanza más la teoría de que en el PP hubo una contabilidad b y que como partido fue financiado con dinero ilegal. Ante estos presuntos desmanes, cualquier partido verdaderamente democrático hubiera hecho saltar los cimientos de Génova, 4. Se dice ahora que la dimisión de Esperanza Aguirre ha sido un toque tácito para que Rajoy se vuelva al despacho de registrador. Pero no. Estamos ante el confort inmovilista de siempre. A Rita Barberá la envían al Senado para blindar las posibles acusaciones de corrupción. Rajoy continúa, cómo no, en la postura yacente, inmovilista y comodona que pinta Peridis, fumándose un buen puro y leyendo el “Marca”. ¿Dónde está la dignidad de esos grandes hombres de Estado que se hacen responsables de cualquier suceso en su país? Ya no se acuerda Rajoy de que su acceso a la Presidencia fue promovido por el clan valenciano que ahora pisa los juzgados, una banda  a punto de ir a la cárcel. Sin dimisión no será fácil que vuelva la llamada regeneración democrática por muchos correctivos que le pongan a meter la mano en la caja.







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