La demolición del hotel ya está en la agenda política, pero ésta debe acometerse a través de un proyecto integral que reinvierta en la población de Carboneras, generando formación y empleo.
La demolición tradicional, con retirada de escombro, que plantea el proyecto de TRAGSA, tiene un alto coste ambiental y no contempla la selección de residuos; frente al proyecto de n’UNDO presentado por Greenpeace, en el que, mediante la demolición selectiva, reduce costes un 11% y recicla hasta un 98% el material demolido con menor agresión ambiental.
El proyecto de demolición selectiva contempla, además, el enfoque socio económico basado en la participación social local, la formación y el desarrollo de nuevos sectores económicos y generación de empleo. El proyecto plantea convertir el hotel en un centro de recuperación del entorno donde, durante dos años, se generen más de 60 actividades, como congresos, exposiciones, cursos, investigaciones, acciones, etc.
No podemos dejar pasar la ocasión de poder convertirlo en una oportunidad para Carboneras y un ejemplo de cómo se pueden hacer las cosas a través de la formación, capacitando a las personas que trabajen allí con cursos especializados, formación continua con charlas, conferencias y encuentros para colegios, profesionales y organizaciones empresariales, etc. La demolición del Hotel Algarrobico tiene que ser un punto de referencia para investigar las formas de desmantelamiento, el reciclaje de materiales, la gestión de residuos y la recuperación ambiental. Probando métodos, productos y maquinaria de la empresa privada. El empleo tiene y debe de ser uno de los puntos fuertes del proyecto de demolición. Los empleos directos generados demandarán técnicos expertos y expertas en la materia y también mano de obra de menor capacitación, que tendrá que ser numerosa. El proyecto de n’UNDO además requiere personal docente, de coordinación de seguridad, de difusión, de dirección, etc. Un equipo interdisciplinar como ingenieras, arquitectas, albañiles, profesoras, agrónomas, trabajadoras sociales, jardineras, administrativas, personal de seguridad, y personal no cualificado.
El proyecto tiene que tener cláusulas sociales para que la situación de El Algarrobico sea una oportunidad para los habitantes de la zona y la economía local. La participación se hace imprescindible para que entre todos los agentes sociales (instituciones del Parque Natural, asociaciones locales, empresas de diferentes sectores, ámbito universitario y educativo, instituciones gubernamentales, organizaciones ecologistas y población local) identifiquen los problemas y la elección de las soluciones, priorizando las técnicas en las que se busque la solución, el fundamento y el argumento para ayudar a tomarlas en colectividad.
El Algarrobico puede y debe de ser un motor de activación económica local, buscando la creación de un nuevo modelo de gestión de residuos y recuperación de entornos naturales, siendo base de investigación y desarrollo en el desmantelamiento, gestión y restauración del paisaje dañado físicamente y en la memoria colectiva.
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