Dimisiones en cadena; crisis en Podemos

Kayros
01:00 • 09 mar. 2016

Aquí, como en Madrid, en Galicia y   en otras partes, se están dando una serie de dimisiones en cadena que  ponen de relieve la crisis de dirección que sufre Podemos. Para mí una renuncia no  es  nada insalvable, a lo sumo no pasa de síntoma. Sin embargo cuando el mal se  extiende y penetra en zonas sensibles, el problema   empeora. Hace poco, aquí mismo en Almería, presentó su renuncia el secretario político de Podemos, Raul Quinto. 
Hoy la noticia es la retirada de otro dirigente encargado de las finanzas, Antonio Almagro. Este hombre se queja de falta de participación y de transparencia. No aprueba, por supuesto, la estrategia seguida por la dirección en lo que se refiere a pactos y cree que Pablo Iglesias debió entenderse con Pedro Sánchez antes de que lo hiciera Albert   Rivera. Otro que acaba de tomar las de Villadiego es el Secretario de Organización de Podemos en la Comunidad de Madrid, Emilio Delgado Orgaz, aunque la dimisión más   fuerte, por la importancia del cargo y por su  alta significación dentro de la sociedad española, sea la del fiscal Villarejo. Casi todos coinciden en  poner de relieve  que la dirección de Podemos se  ha equivocado  al separarse del  PSOE para  el logro de un Gobierno de cambio.
Si  Podemos siguiera predicando aquello de la “casta” sustituyendo la “izquierda/derecha” por el “arriba/abajo” quizá tuviera más fácil el entendimiento. Ahí ya no se hablaría tanto de la vieja política como de lo que necesita la sociedad española. Y tal vez   desde esta visión interclasista fuera más hacedero el mestizaje. Pero en la conquista del poder, a la que todos aspiran lo digan o no, ha vuelto a  erigirse la preferencia  del lugar   material que cada grupo político ocupa en la asamblea por encima de los intereses  ciudadanos.
Así que no queda otro remedio que esperar  las próximas elecciones  a pesar de que, por  lo que estamos viendo, nadie las quiere. Cuán sensato y razonable fue el consejo que diera una mujer experimentada antes del  doble fracaso de la investidura. Nos referimos  a Manuela  Carmena, alcaldesa de Madrid, quien pidió a Podemos un pelín  de  coherencia, evitando ponerse en la misma línea reaccionaria del Partido Popular.







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