Torre de Torres

`Flor de Torres encarna la figura comprometida, sencilla y admirable`

José Luis Masegosa
01:00 • 14 mar. 2016

“La violencia de género es una pandemia que agrede a las mujeres por el hecho de serlo; es un atentado contra sus derechos fundamentales y para luchar sólo tenemos la herramienta del artículo 14 de la Constitución”. Es la denuncia contundente efectuada el pasado sábado en Huelva por la  Fiscal Delegada de Violencia a la Mujer en Andalucía y contra la discriminación sexual y de género, Flor de Torres Porras, galardonada con el Premio Clara Campoamor en reconocimiento a su trayectoria y a su labor contra la discriminación de género. Esta almeriense-malagueña o viceversa, que tanto monta, hizo una petición, que no por reiterada deja de ser imprescindible: “seamos todos espejo y reflejo de la igualdad como antídoto directo contra la violencia de género”. Una vez más esta luchadora infatigable en defensa de la mujer, que atesora numerosos , merecidos y relevantes reconocimientos y distinciones deja constancia de su impecable y brillantísimo bagaje  profesional en el Ministerio Público y en las amplias facetas que le atañen, desde la investigación y la docencia a la cooperación internacional. Desde la sensibilidad hacia las víctimas al trato más humano y cercano, Flor de Torres encarna la figura comprometida, sencilla y admirable de quien se sabe alejada de todo atisbo de personalismo egoísta y de cualquier ribete de protagonismo fácil, acaso porque en su fuero interno están grabados con inmutables caracteres los pilares de la Justicia y  los sólidos principios del servicio público a los demás, de defensa a ultranza de los sagrados valores de igualdad, seguridad y libertad del ser humano, en general, y de la mujer en particular. Causa enorme satisfacción y no menos tranquilidad saber amparados y protegidos nuestros derechos con mujeres de la talla de esta ilustre almeriense que como en todas las ocasiones –y son muchas- en las que ha recibido cualquier distinción la ha dedicado a la memoria de su padre, el abogado y senador José Manuel de Torres Rollón, y a las mujeres vilmente asesinadas. Y es que Flor, además de buena persona, es una torre de Torres.







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