Sobre su pecho flores carmesí

Julio Béjar
23:34 • 15 mar. 2016

Pocos recuerdan a Nino Bravo. Quizá los pantalones de campana y las patillas gruesas vuelvan a llevarse, porque la moda siempre vuelve, pero Nino Bravo no. El eterno candidato a Eurovisión es uno de esos cantantes que acabaron convirtiéndose en el pretexto de álbumes recopilatorios muy rentables o, peor aún, en carne de karaoke para que algún nostálgico plomizo, muy tarde ya en la noche, se empeñe en desafinar con una de sus canciones.
Pocos recordarían la canción ‘Libre’ si Amena no la hubiera usado para un anuncio hace años o si el Chaval de la Peca no la hubiese incluido en la fritanga de superéxitos para gasolineras. La canción ‘Libre’ estaría inspirada en Peter Fechter, un alemán que con dieciocho años fue asesinado al cruzar el muro de Berlín. Fue el primero pero no el último.
Casi nadie recuerda que los europeos también fueron refugiados. El olvido es la perdición, pero contra él existe la música. Las canciones no se escriben para decorar, se escriben para salvar a alguien. Y un día el salvado podrías ser tú.
Sin embargo, los autores de ‘Libre’ nunca reconocieron que la canción estuviera basada directamente en Peter Fechter. Tampoco Nino lo admitió. De todas formas, aunque así fuese, daría igual, porque la canción no habla únicamente de ese muchacho, sino de todos los que alguna vez huyeron del terror y soñaron que las alambradas sólo eran un trozo de metal. Porque la música salvó a Charles Aznavour después de que sus padres huyeran del genocidio en Armenia. Porque una beca para tocar en Alemania salvó a Ara Malikian de la guerra en el Líbano.
Nino también soñaba con irse lejos de aquí. Su voz fue una cascada fresca en aquella España tremebunda de los últimos estertores del Franquismo, aquel país rancio del que tantos otros huyeron para encontrar refugio en Europa o América, en otros horizontes donde el sol cada mañana brillara más, donde las piedras del camino forjaran nuevos destinos. Un anhelado lugar que podríamos llamar Edén, Utopía, Islas Afortunadas o país del primer mundo.
Hasta en dos ocasiones Nino Bravo intentó ir a Eurovisión, pero en su lugar fueron Karina y Julio Iglesias. Puf. Con razón perdimos. De todas formas, ¿para qué participar en esa farsa de festival? ¿Para qué Eurovisión de cartón-piedra? Europa de cartón-piedra. Vaya timo. Cuánto olvido junto.


Julio Béjar es actor, poeta y profesor. Ha publicado ‘Manual de uso para mudanzas’ (En Huida). Pertenece al colectivo escénico La Confluencia. 







Temas relacionados

para ti

en destaque